Faltan horas para que corran ríos de vino y felicidad por la capital riojana. Las uvas se están recogiendo estos días por todo el valle del Ebro y hay que celebrar que ha llegado la vendimia.
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¿Tienes todo preparado? ¿Sabes a qué atenerte en cada momento? ¿Dónde hay que ir?¿Cómo hay que vestir? ¿Qué es lo más importante de estas fiestas de vino y degustaciones?... Seguro que los más castas podrían contestar a cada pregunta sin tener que dar un trago de zurracapote para inspirarse en la respuesta. Pero por si acaso, no está de más recordar conceptos y así llegar a ser los superhéroes festivos que todos queremos ser. Que luego pasa lo que pasa...
La historia del pañuelo mateo trae cola. Los primeros fueron rojos, según cuentan los primeros héroes de la fiesta. Pero con el paso de tiempo hemos llegado a tener bandos del pañuelo azul oscuro y del morado color vino. «Dime qué pañuelo te pones, y te diré qué piensas», se llegó a decir por Logroño.
Ahora, además, tenemos otros colores como el naranja, el verde y el rosa que algunos bares y organizaciones ofrecen al que no tiene. Pañuelo para todos los gustos. Que todo el mundo lleve uno. No pasa nada si va bordado, si lleva publicidad o no lleva nada. Lo importante es saber colocárselo bien. Todo tiene su arte y esto también.
Porque es un pañuelo de fiestas, no un foulard. Los picos deben ser cortos, nada de estridencias. El nudo pequeñico y bien atado para que no se escape.
Todo empieza en la plaza del Ayuntamiento. El primer acto de las fiestas importante. Y este año trae polémica por la hora y el día: viernes... no festivo... y encima por la mañana. Así que si tienes suerte y puedes almorzar porque te has cogido fiesta o te 'dejan' tomarte la mañana libre, hay que ir al Ayuntamiento para disfrutar del espectáculo y la música a todo trapo.
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Se puede ir ya con el pañuelo en el bolsillo, puesto o sin él. Y también están permitidas las botas con zurracapote... ¿Cómo se prepara? No hay que adelantarse, tranquilos que pensamos en vosotros y os daremos la receta clásica que todo 'superriojano' debe dominar para demostrar el amor que se tiene a esta tierra.
Tierra del vino, tierra del vino... pero cuando llega San Mateo, Logroño se sofistica con un combinado de sabores que sería la envidia del mismo Spritz o el vermú casero
Se trata de nuestro zurracapote. El brebaje perfecto para un superhéroe o una superheroína riojana que quiere darlo todo en la fiesta con la única ayuda de una bota que será su arma por toda la ciudad defendiendo el 'logroñismo' hasta el infinito y más allá..
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¿Cómo se prepara? Cada uno tiene su receta, su forma de crear el mejunje perfecto. Pero todos tienen el mismo apellido: «Es casero casero. Lo he hecho yo». (Aunque la mayoría de las veces son nuestras queridas madres las que guardan la esencia de la receta).
Pues bien. Aquí van los pasos para los que no sepan.
Si has sido niño (lo doy por supuesto), si tienes criaturas a tu cargo o si has paseado por la Gran Vía, estos personajes te sonarán: Gigantes y Gorgorito.
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Ambos son fundamentales en las fiestas para aquellos que por el día como Clarck Kent tienen una personalidad familiar y por la noche se transforman a otra cosa (cuando pueden, claro... que hay que conciliar la vida familiar)
Empecemos con el más pequeño. Gorgorito. Con su estaca no golpea las viñas para sacar uvas, ataca a los malos, soluciona problemas y hace reír a todo el que lo ve. Es uno de los estandartes de San Mateo. Y se mueve por toda la ciudad. La gente acude cada tarde allá dónde actúa. De punta a punta de Logroño, planta su carpa y sus tres bebidas líquidas clásicas llenas de energía: té, chocolaté y café para hacer más llevadera la tarde.
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No se las deis a los niños. Dejadles ver su espectáculo. Bebedla vosotros para aguantar su ritmo. Sobre todo café. Que los cuerpos no aguantan tanta juerga sin cafeína y puede que os caiga un estacazo
Y luego está la comparsa. Que todas las mañanas pasea a los personajes más ilustres de la ciudad, tanto hisóricamente como festivamente. Son los superhéroes riojanos en altura y diversión. Están desde el primer al último día dando alegría en San Mateo.
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Como decía la ranchera de Elías e Ignacio, una de las cosas más logroñesas en San Mateo es ir «a la noche a tu lado en La Ribera a ver los fuegos artificiales». Y aunque esto no es San Sebastián, donde los fuegos son la institución de la fiesta, con helado y playa, aquí disfrutamos más y mejor en un sitio que permite verlos sentados en el jardín y los restos de la ciudad berona de fondo, el origen de Logroño que anuncia que la juerga nocturna puede empezar.
Este año hay menos días de pirotecnia. A cambio durante dos días tenemos un espectáculo de drones en el mismo lugar. Nuevas formas de ver luces en el cielo. Logroño quiere modernizarse.
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