Buscando la alegría en la tristeza

Porque Vanesa Martín esperó a ese momento para explicar en una canción los esquemas de su concierto: Sonido melancólico y suave con una interpretación sencilla y armónica. Y lo hizo al final. No durante el inicio o en un punto intermedio. Se descubrió cuando ya estaba todo el percal vendido.

Buscó que la gente estuviera contenta pese a la tristeza que destila todo lo que interpreta. Que la malagueña no es la alegría de la huerta en sus letras. Pero ella sonrió y dejó claro su empeño desde el primer momento «Quiero fuerza y pasión. Quiero que todo esto esté petado de alegría».

Y con mucho esfuerzo lo consiguió con una canción sencilla y menos conocida de su repertorio, 'Como un billete de avión' que sonó perfecta. Su voz, los músicos que le acompañaban y la intesidad.

Ya lo decía el tema: «A mi casa ha vuelto el olor a verano». Y aunque hacía frío y se acaba el verano, el público que seguía llenando la plaza sin moverse se quedó pasmado con la interpretación. Contento y feliz dentro de la melancolía que destila su música.

Y fue la única vez que apareció sentada delante de su piano. Porque durante el resto del concierto Vanesa se había paseado por todo el escenario. El concierto más multitudinario de estas fiestas comenzó puntual con una cuenta atrás que se quedó en el siete (número que hace referencia a su último disco 'Siete veces sí').

La malagueña bajó las escaleras cantando 'Inventas' una de sus canciones más populares recordando en su caminar a la Jurado en sus apariciones.

El público entró enseguida al concierto, eso sí, siempre de pie y bailando poco porque las canciones de la artista son más de escuchar tranquilamente.

Por eso chocaba el despliegue de músicos de su alrededor. Uno de ellos salió con la capucha puesta dando matraca a las guitarras. Desentonaba en un ambiente tan íntimo. E incluso la banda al principio del concierto sonaba con demasiados graves haciendo que la voz de Vanesa no encajara bien.

Pero poco a poco se fueron solucionando los problemas. Y se escucharon sus canciones populares como 'Complicidad' en la que por fortuna solo cantó ella.

Porque si utilizó a sus músicos para cantar. De hecho, el misterioso encapuchado del inicio del concierto se marcó una canción de Vanesa 'La Escalada' mientras la artista aprovechaba para cambiarse de ropa.

A partir de ahí el concierto cambió el ritmo. Empezó la velocidad en los temas. De tres en tres en un non stop de popurrís con canciones tan populares como ' Hábito de ti' entre las nueve que sonaron sin parar.

Tras este resumen musical de su carrera se fue a la espera de que la gente le pidiera los bises y soltara toda su energía.

Vanesa estaba feliz. Se le notaba en la cara. Por eso gritó varias veces 'Viva Logroño' y se anudó el pañuelo de San Mateo confesándose una enamorada del vino y de la ciudad que confesó haberse enamorado del público. Y sonó a verdad.

Acabó el concierto con '...y vuelo'. A esas alturas y tras el bis anterior que tan buen sabor de boca había dejado al personal, fue natural que la gente vibrara con ella y volara despidiendo el verano y volviendo a casa con un buen sabor de boca.