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Luismi Cámara
Martes, 20 de septiembre 2016, 23:11
La obligación frente a la ilusión. La presión previa de Urrutikoetxea y Larunbe contra los nervios del estreno de Irribarria y Untoria. Esperanza o adiós para unos, tranquilidad y margen de error para los otros.
La jornada del martes de la Feria de pelota de ... San Mateo era la primera que ya podía sentenciar a una de las seis parejas participantes. La vida en el torneo del delantero de Zarátamo y del zaguero bilbaíno pendía de un hilo tras la triste derrota del domingo ante Altuna III y Albisu.
Esta segunda sesión del Grupo A podía suponer el fin de una pareja que llegaba muy tocada y que necesitaba reivindicarse. El choque anterior dejó a Urrutikoetxea al borde del abandono por problemas en sus gemelos y a Larunbe herido en su orgullo después de encadenar errores en la apertura de una feria que tenía apuntada como una oportunidad para sacar pecho ante los rivales más prestigiosos. Ganar y esperar. No les quedaba otra.
Enfrente, debutaba uno de los dúos más interesantes y atractivos de la competición. La curiosidad de ver cómo combinaban el pelotari más llamativo del momento y el segundo de los representantes riojanos era tema de conversación entre los aficionados que acudieron al Javier Adarraga logroñés.
Irribarria, que debutaba en la feria con el rojo del campeón, ha sido la sensación del verano tras asaltar los cielos de la pelota y acaparar récords de precocidad con su victoria en el Manomanista. A sus 20 años, hay que tener calidad y carácter para aguantar y salir airoso en este proceso de maduración a marchas forzadas por el que está pasando... y este chico parece tenerlo todo. Untoria, por su parte, ya se ha instalado y acomodado entre los nombres importantes del escalafón pelotazale y estos últimos meses no ha hecho más que confirmar que tiene capacidad para aguantar mucho tiempo en él.
Así que el estelar prometía y cumplió, pero el ganador de la batalla acabó perdiendo la guerra. Porque los azules ganaron (17-22) e hicieron todo lo posible por seguir respirando hasta el jueves, día del último partido del grupo A, pero el 12-22 del domingo pasado les dejó fuera. Los colorados, por su parte, se llevaron el varapalo de la derrota pero saben que si dejan a Altuna III y Albisu en 14 estarán en la gran final.
Era un duelo en el que los delanteros estaban llamados a llevar el peso del combate. O eso es lo que demostraron en los primeros tantos. Irribarria sacaba a pasear el cañón de su misil para obligar a Larunbe y castigar a Urrutikoetxea, pero también fallaba en su juego arriesgado y no contaba con la colaboración de un Untoria incómodo y nervioso. El marcador se movía entre empates en este periodo inicial de golpes de aproximación.
Apareció entonces sobre la cancha la mejor versión del delantero de Zarátamo. Dominante, con su elegancia natural y su golpeo largo y profundo, tomó las riendas del choque, acercando a la contracancha a un zaguero najerino que seguía desacertado y cortando con ganchos precisos los intentos de los colorados por llevar el partido a los cuartos traseros. Tomaron así la primera ventaja importante los azules (4-8) y la mantuvieron ante unos contrincantes que comenzaban a dar síntomas de desesperación, el delantero con un gesto evidente de exasperación y el zaguero con un grito de rabia, ambos tras regalar dos tantos casi consecutivos.
Si a unos les costaba encontrar su lugar, los otros poco o nada tenían que ver con la pareja fallona que cayó con más pena que gloria en el partido inaugural del torneo. Urrutikoetxea estaba sobresaliente, pero lo de Larumbe fue espectacular. Soberbio fue el partido que completó el bilbaíno, acompañó con maestría a su pareja de baile y superó con claridad a su rival en los cuartos traseros, pese a que Untoria se entonó hasta ponerse a la altura de los otros tres contendientes en la segunda parte del choque.
Se entonan los rojos
Tras el descansillo (7-12), Irribarria sacó a pasear su pegada. Pareció salir con las ideas más frescas y encadenó tres acciones consecutivas que acercaron a los colorados. Habían cambiado las tornas en los cuadros alegres... o no. Porque lo que se vivió realmente fue una pelea de gallos en la que, si uno afilaba sus espolones, el otro elevaba la cresta para ganar presencia con su pose dominante. Los colorados sacaron ventaja en esta lucha de egos y, con un parcial de 6-1, igualaron a 16.
El empate se quedó en espejismo. De aquí al 22, sólo se vio un tanto rojo más. Irribarria falló en su empeño de decidir a su favor el partido. Arriesgó para intentar doblegar a un colosal Larunbe y a un Urrutikoetxea que dio por olvidados sus problemas físicos previos. El de Arama acumuló errores finales y la apisonadora en la que se habían convertido los azules le pasó por encima. El 17-22 final fue un mal menor para Untoria y su pareja, que todavía sueñan con ser protagonistas en la final de la feria. Mientras, los azules se despedían con la cabeza alta tras protagonizar un bonito espectáculo, aunque esteril, sobre la cancha del frontón logroñes.
En el partido que abría la jornada, los contundentes Elordi y Erostarbe derrotaron a Laso y a un cansado Imaz, que acumula partidos en los últimos días, por 18-7.
En el día de San Mateo, la feria cuenta con tres atractivos partidos, entre los que destaca el primer duelo riojano, con Olaizola II y Merino II iniciando su participación ante los perdedores del lunes, Víctor y Zabaleta. Antes, Arretxe II y Ladis Galarza juegan contra Sarío e Irusta y cerrará la sesión el partido de debut de Rubén Salaverri. El joven pelotari (18 años) de Fuenmayor formará pareja con todo un veterano como Berasaluze II ante Gorka y Barriola.
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