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Y el patrón volvió a cubrirse de flores 500 años después de que Logroño estrenase las murallas que cada 10 de junio sirven de telón de fondo a una ofrenda floral en vísperas de la festividad de San Bernabé. Y Logroño cumplió, o al menos en ello está, con su voto un año más. «Un marco y un momento para recordar y revivir nuestro pasado, nuestra historia y nuestras tradiciones; para vivir con intensidad nuestro presente y para mirar con ilusión y ambición a nuestro futuro», en palabras del alcalde.
El Cubo del Revellín y la Puerta del Camino, convertidos en símbolo del sitio de 1521, acogieron una vez más el acto de evocación histórica, ese en el que al repique de campanas de las iglesias del Casco Antiguo se le unen los aires musicales más riojanos marcando el ritmo a los distintos grupos de danzas –y este 2024, como novedad, con el rap modernizando la tradición–. Y en el que Conrado Escobar, como primer edil, interviene y vuelve a renovar el compromiso con el santo. Su compromiso en este caso.
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«Los hechos que durante estas fiestas rememoramos forjaron nuestra identidad de ciudad (…) Defiendo que Logroño es una ciudad en permanente evolución, una ciudad que mira al futuro con ilusión y determinación, que sigue creciendo y desarrollándose desde un espíritu de convivencia, respeto y solidaridad. Una ciudad acogedora, abierta, alegre y vibrante como son los logroñeses», dijo en un discurso con las principales autoridades regional y locales presentes –con el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, al frente–.
«Este año se cumple el 500 aniversario de la construcción del marco en el que nos encontramos y que es punto central de las fiestas (…) Un vestigio por tanto de nuestra historia, punto emblemático de la ciudad y lugar de obligada visita para el turista. Hoy les avanzo que este entorno experimentará una importante transformación en los próximos años», repitió recurriendo a su programa electoral en alusión a que desde el Ayuntamiento «vamos a acometer el 'Proyecto 1521' que resaltará el Cubo, realzará el yacimiento de Valbuena y mejorará los espacios verdes y la conectividad con itinerarios culturales y emocionales con el centro de la ciudad».
«Un proyecto transformador en lo urbanístico, lo cultural y lo patrimonial», sentenció, a lo que añadió que «en unas semanas, Logroño estrenará su marca de ciudad, su tarjeta de presentación e invitación a conocer lo que nos diferencia y representa, nuestra forma de vivir y de ser»; anuncios con los que reiteró su compromiso «para seguir construyendo el Logroño futuro entre todos –con referencia expresa a la corporación municipal–, desde el diálogo y la escucha».
Escobar, en su 60 cumpleaños, tiró de historia en un día, el de la ofrenda floral (con los niños y niñas de San Bernabé ataviados con el traje regional en representación de toda la ciudad como principales protagonistas), precisamente para recordar: «Estas fiestas conmemoran cada año el sitio que sufrió Logroño en 1521 y cómo el 11 de junio, libre ya de la amenaza francesa, celebramos el triunfo y juramos el voto de San Bernabé. Ya en 1522 se estableció por escrito la forma de cumplirlo y el santo pasaba a ser patrón y protector de Logroño».
Un viva a la ciudad y al santo sirvieron como punto y final, amén del cumpleaños feliz con dulzaina y tamboril.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José Antonio Guerrero | Madrid y Leticia Aróstegui (diseño)
Sergio Martínez | Logroño
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