«Es en esa entrega silenciosa cuando se va armando el inconformismo...»

Hablamos de inconformismo y hablamos de rebeldía como las dos notas musicales de una partitura que concluirá en una obra propia, singular y diferente. El orgullo de ser logroñés.

Y hablamos de pasión, de dedicación y de emoción como los instrumentos que darán continuidad a las notas que conformarán el hilo musical que llevará al éxito y a las más grandes cotas de satisfacción personal. El orgullo de sentirse logroñés.

Quizá sea una metáfora excesivamente adornada del esfuerzo pero, sin ninguna duda, la humildad, a merced del inconformismo y de la rebeldía, serán siempre unas bases sólidas para cualquier proyecto, para cualquier reto.

Imprimirán un plus, quizá imprescindible, para mantener intacto el ánimo que nos llevó a emprender cualquier iniciativa, ya sea personal, profesional o familiar.

Humildad, inconformismo y rebeldía. Así es Logroño y así somos las logroñesas y los logroñeses.

Celebramos hoy la víspera de San Bernabé, esa fecha clave en la historia de esta ciudad en la que vecinos nuestros de 1521 elevaron a su máxima expresión ese concepto de humildad ligado indivisiblemente al inconformismo y a la rebeldía de un pueblo que con pasión se aferró y defendió su tierra.

Desde entonces -y al margen ya de lanzas, escudos y propósitos conquistadores propios de aquella época- Logroño mantiene muy vivas esas dos condiciones adaptándolas, con atino y esmero, a los momentos que vivimos. Nuevos retos, nuevos desafíos pero mismas acertadas actitudes.

Hoy, víspera de la festividad de una fecha tan señalada en la historia de esta ciudad, tenemos la oportunidad y la obligación de reconocer la pasión, la emoción y el esfuerzo de vecinos nuestros que han sabido imprimir humildad, rebeldía e inconformismo a sus vidas.

Y lo hacemos desde la administración local, la más cercana, la más próxima al ciudadano, rindiendo un sincero homenaje no solo a la parte más visible del éxito, si no también y sobre todo, al esfuerzo silencioso que supone alcanzarlo.

Eso son estas Insignias de San Bernabé que acabamos de otorgar; una forma humilde y sincera de valorar el trabajo de logroñesas y logroñeses que han aprovechado sus momentos para transformarlos en realmente ejemplares.

Vecinos de esta ciudad, que nacieron aquí o eligieron vivir aquí, que han conseguido o están consiguiendo inmortalizar su obra a base de emoción, pasión y esfuerzo y que proyectan la imagen de Logroño allá por donde les guían sus pasos.

Existen multitud de funciones que se adentran entre las responsabilidades de la alcaldesa de un Ayuntamiento como éste.

Pero realmente -tanto como máxima responsable municipal, pero sobretodo como una logroñesa más- este acto de entrega de las Insignias de San Bernabé es uno de los que más satisfacción me genera, algo que les aseguro compartimos todos los miembros de la Corporación.

En todos y cada uno de los galardonados en el día de hoy están muy presentes las diferentes condiciones de las que venimos hablando.

Señoras y señores.

Las mujeres, y por tanto toda la sociedad española, estamos viviendo un momento histórico. Pero no seríamos justas si no reconocemos que lo que vivimos hoy se lo debemos a las mujeres que nos han precedido. Ellas lo tuvieron mucho más difícil y nos han abierto camino. Y Ovi de Francisco es sin duda una de ellas, y en ella hoy se reflejan todas.

Nacida en Anguiano, Ovidia de Francisco posee un currículum en el que brilla con luz propia el esfuerzo, la lucha y una intensa dedicación tanto por su profesión, como por su familia.

Fue precisamente ese ímpetu por su trabajo el que le llevó a ser la segunda reportera de Televisión Española en España, pionera como corresponsal, rompiendo además los techos de cristal.

Su inconformismo y su sana rebeldía le permitieron conseguir la derogación de la normativa taurina de la época que le impedía permanecer junto a un burladero de un coso taurino.

Una encomiable trayectoria profesional -que le llevó también a trabajar en La Rioja y que fue reconocida en el año 2008 con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo- y un profundo amor por un oficio que supo trasmitir a sus tres hijos, quienes siguieron su estela profesional.

Y de una gran mujer a otra. Sí, pertenecen a distintas generaciones, pero convendrán conmigo que tienen la misma fuerza para alcanzar sus retos y objetivos.

Sheyla Gutiérrez, a sus 24 años, está logrando romper muchas barreras. Nacida en Varea, este mismo año ha recogido el galardón a la Mejor Deportista Riojana de 2017 tras lograr el año pasado el Campeonato de España en Ruta; se ha alzado con la prueba Le Samyn des Dames, un triunfo histórico para el ciclismo femenino español; y ha sido la primera en la séptima etapa del Giro de Italia femenino en 2006.

Un triunfo este último que la sitúa como la primera ciclista española en ganar una etapa en la ronda rosa desde 2006.

Una serie de victorias, basadas en el esfuerzo y la constancia, que se suman a las cosechadas desde su debut en 2013 y que nos permiten hablar de un futuro realmente muy prometedor.

Sheyla es pizpireta, alegre, logroñesa orgullosa de sus orígenes y de su familia allí donde va, generosa y siempre dispuesta.

Sus próximos retos están en los Juegos del Mediterráneo en Tarragona y en la edición 2018 del Giro de Italia. Estos son solo los más próximos, no lo olviden. No me cabe ninguna duda que algún día tendremos una medalla olímpica.

Del deporte al arte de la gastronomía con nombre propio.

Dos estrellas Michelín y tres soles de la Guía Repsol en el restaurante Echaurren y una estrella Michelín y dos soles de la guía Repsol en el hotel Marqués de Riscal, avalan la trayectoria profesional y creativa de nuestro próximo galardonado.

Francis Paniego ha sabido combinar a la perfección la tradición gastronómica de su familia con la evolución de la cocina de vanguardia.

Formado de la mano de grandes cocineros como Arzak o Subijana, recibió en 2012 el Premio Nacional de Gastronomía, exactamente 25 años después de que lo recibiera su madre, Marisa Sánchez.

Es considerado como uno de los jóvenes cocineros que han revitalizado la gastronomía española en este siglo.

Paniego tiene hoy motivos para estar doblemente satisfecho. Esta Insignia de San Bernabé llega exactamente 7 años después de que abriera -mejor dicho, abrieran- en el centro de Logroño, una apuesta familiar y personal de Francis y de Luisa Barrachina arriesgada y que ha contado con una excelente acogida. La prueba de que Logroño es mucho Logroño en la vida de Francis Paniego.

Y por último, una persona que se ajusta a la perfección a esa metáfora de tintes musicales del esfuerzo a la que me refería al principio.

Pablo Sáinz Villegas ha interiorizado a lo largo de su vida la constancia, la pasión y la emoción puestas a merced de su trabajo hasta establecer ese esmerado y exquisito hilo musical del éxito.

Nacido en Logroño, es -por méritos propios- un logroñés universal.

Desde que con siete años ofreciera su primer concierto, ha recogido hasta ahora más de treinta premios internacionales, actuando además en los más prestigiosos escenarios del mundo. Pero Pablo siempre vuelve a Logroño.

Considerado por la prensa internacional como 'el alma de la guitarra española' y el guitarrista clásico más destacado de su generación, ha sabido también dotar a su virtuosismo musical de un carácter solidario e inconformista, cualidades 100% logroñesas, a través del proyecto 'El legado de la música sin fronteras'.

Una iniciativa que desborda ilusión y esperanza y con la que Sáinz Villegas crea puentes entre culturas y clases sociales, humanizando el entorno del aprendizaje de niños y jóvenes en situación de exclusión social, a través de un medio de comunicación tan universal como es la música clásica.

Este mismo año ha compartido sesiones con escolares de esta ciudad. A ellos, a los más pequeños, les regaló la magia que nace de su guitarra, pero también de sus palabras: «La música es para todos, es democrática y una herramienta para inspirar a todos los seres humanos».

A los cuatro quiero expresaros el más sincero reconocimiento, la más sincera enhorabuena y la más profunda admiración en nombre de la ciudad de Logroño en cuyo nombre tengo el gran honor de hablar.

Los cuatro, cada uno en vuestra dedicación personal -periodismo, deporte, cultura y arte- habéis imprimido el esfuerzo y la pasión necesaria para materializar vuestros sueños.

Realmente, sois un evidente ejemplo de ese sano inconformismo y de esa sana rebeldía que, junto a la humildad, empuja al ser humano a seguir luchando día a día.

Habéis logrado además proyectar la emoción que sentís y habéis sentido siempre por vuestra profesión.

Y todo ello genera esa esmerada y exquisita sinfonía que -como decía al principio- es el éxito y la satisfacción personal.

Es un verdadero orgullo reconocer vuestra dedicación con las Insignias de San Bernabé, y es un enorme motivo de satisfacción teneros y consideraros siempre como vecinos insignes de esta ciudad. Personas orgullosas de ser y sentiros logroñeses.

Muchas gracias