La relación de logroñeses insignes ha sumado este lunes tres nuevos nombres. «Por contribuir al desarrollo cultural, cívico y social de Logroño», ha recordado la presidenta del pleno, Leonor González Menorca, al inicio de la sesión extraordinaria convocada para entregar el reconocimiento en plenas fiestas de San Bernabé de Logroño.
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El primer insigne de 2024 ha sido José Manuel Calzada, periodista de formación y funcionario, ya jubilado, del Ayuntamiento de Logroño, donde dirigió su gabinete de prensa y sus relaciones institucionales. En 1994 puso letra al 'Himno a Logroño'.
En su intervención ha rememorado que, durante las visitas escolares que acompañó por la casa consistorial fue viendo como iban cambiando los acentos, los colores... De ahí que añadiera el «nadie en La Rioja se siente extranjero» a la letra de su tema.
Pero también ha contado que su afición por componer coplas le viene de su abuelo, 'El tío alegría', como le llamaban. «Se trasmite en el ADN y de ahí hago coplas», ha dicho. «No por afán de ser autor, procura tú que tus coplas vana al pueblo a parar aunque dejen de ser tuyas para ser de los demás», ha añadido.
Su semblanza la hizo Jesús Vicente Aguirre, con quien trabajó en el Consistorio y a quien hizo, a su vez, la semblanza cuando el reconocido fue Aguirre.
A continuación, ha recogido su insignia Rafael Ibarrula, quien puso la música al himno de la capital y que ha echado mucho su piano para expresar sus sentimientos, ha reconocido, para glosar a continuación las ventajas de la música porque «llena los corazones de esperanza (...), nos transporta a Hawai, Bombai, al 1 de enero... No contaminamos, no hacemos daño...».
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Ver cantar el himno de Logroño a tanta gente y ser partícipe de ello no tiene precio, ha contado también, para reconocer que en su caso no se cumple aquello de que nadie es profeta en su tierra. «No he tenido que triunfar fuera de La Rioja».
Sus méritos los ha relatado, de inicio, Nerea Nogueira, quien, tras referir los detalles acerca de su formación musical y sus distintos trabajos, ha insistido en su orgullo por poder «estar de su mano aprendiendo a ser generoso con los demás».
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Por fin, Santiago y Rafael Vivanco han hablado de su madre, Angélica Sáenz, tercera insigne de la jornada. Entre los dos han narrado, además de su origen, su afición por la pintura y su papel en la fundación tanto del museo como de la bodega Vivanco, junto a su esposo, Pedro.
La misma Angélica ha destacado que «hemos intentado ser una familia sencilla y trabajadora», así como que su marido y ella tuvieron un sueño, el de «hacer algo que quedase para siempre».
El acto ha finalizado con la intervención del alcalde, Conrado Escobar, quien ha recordado a los premiados que «las insignias que la ciudad entrega a través de la Corporación suponen el mandato de los logroñeses para que nos representéis allí donde os sea posible, trasladan la gratitud logroñesa precisamente por vuestra aportación a una ciudad que luce sus valores con orgullo.
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Concluida la sesión, aún se ha aprovechado el marco del edificio de Moneo para distintas fotografías de familia, también con los insignes de otros años.
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