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Los niños de San Bernabé, cuando estaban bajo los árboles por la lluvia y, al lado, un niño que está deseando que escampe.
Los héroes anónimos de ayer y de ahora

Los héroes anónimos de ayer y de ahora

La alcaldesa compara el asedio con la crisis en un acto de evocación histórica en el que apareció la lluvia

María José Lumbreras

Miércoles, 11 de junio 2014, 10:41

Por un lado, aquellos héroes anónimos que se enfrentaron a los invasores y, por otro, los que hoy pelean por salir adelante... A aquellos y a éstos los comparó ayer la alcaldesa, Cuca Gamarra, en el acto de evocación histórica, en el que entendió que «nuestra generación está saliendo victoriosa de esta dura prueba». «Vamos a salir fortalecidos, habiendo aprendido de los errores y con las ideas claras sobre el futuro que queremos», decía también. «Tenemos el reto de reconstruir la sociedad sobre los pilares que hemos redescubierto estos años: la solidaridad, la generosidad, la iniciativa».

Con la intervención de la alcaldesa y el himno de Logroño interpretado por la banda municipal de música concluía un acto que se iniciaba con la ofrenda de flores al patrón, a San Bernabé, y que hubo de vérselas con la lluvia.

Niños de San Bernabé, grupos de danzas, representantes de peñas, de casas regionales, voluntarios... venían caminando con las ofrendas en forma de ramos y cestas desde la Glorieta y, cuando alcanzaron la muralla y les tocaba pisar el escenario previsto para que saludaran y entregaran sus presentes, debieron apresurarse para evitar el chaparroncillo que se registró. Los que iban por detrás en la fila tuvieron tiempo, en algunos casos, de proveerse de algún chubasquero y con él salieron, que hay paños, como los de las faldas de los trajes regionales, que quedan marcados con los goterones.

Los pequeños representantes de la ciudad se sentaron en sus espacios reservados pero luego se los llevaron hasta debajo de los árboles para que no se mojaran. Lo mismo que se iban poniendo a cubierto otros invitados sin paraguas. Los de las primeras filas no dudaron en sacar los suyos. Y a la imagen del patrón le cayó encima una urna transparente por obra y gracia de sus cofrades.

Pero todo pasó. Las actuaciones de los grupos de danzas se llevaron a cabo ya con normalidad aunque con el público puesto en pie y las sillas de tijera vacías. Un poco de lío en el 'patio de butacas'. Y eso que esta vez se habían instalado dos pantallas para que nadie se perdiera detalle de lo que acontecía.

«Aprendamos la lección de 1521: no esperemos soluciones de fuera (...) Hoy, como ayer, lo único que tenemos es el valor de nuestros brazos y la fuerza de estar unidos», señaló la primera edil en su intervención. «Al igual que, tras superar el asedio de 1521 comenzó una nueva etapa de la vida de la ciudad, hoy la victoria sobre la crisis nos ha hecho dar lo mejor de nosotros mismos regenerándonos como sociedad y como ciudad», indicó Cuca Gamarra, para quien «un nuevo Logroño está surgiendo de la experiencia de los mayores y la energía de los jóvenes».

Quien hoy acuda a por su ración de pez, encontrará al lado del foso y de la muralla de la ciudad, las flores de varias instituciones, que si Ayuntamiento, Gobierno, Delegación o acuartelamiento Héroes del Revellín, pero también de varias asociaciones de vecinos, alguna de comerciantes, entidades deportivas, taurinas, educativas... Hubo tiempos de más despliegue, aquellos en los que todo era a lo grande, pero, aunque de forma más modesta, distintos colectivos siguen queriendo estar ahí.

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