Logroño

La reforma de la calle Sagasta, primera obra revisada de la que desiste el alcalde Escobar

Sagasta, en pleno Casco Antiguo, se convierte así en la primera intervención urbanística de Hermoso de Mendoza heredada y que revisa Escobar para, finalmente, no ejecutar. La misma, según explicó ayer el alcalde, será sustituida por «una serie de mejoras» en las intersecciones para favorecer los tránsitos peatonales, eso sí. Más económica y con independencia, además, de los fondos europeos.

El primer edil capitalino había convocado para informar «sobre las decisiones adoptadas respecto a la actuación en la calle Sagasta tras las conversaciones con vecinos, comerciantes y hosteleros del entorno», y al entender que lo proyectado «tenía más de problema que de solución», finalmente apostará por mantener el diseño actual.

«Se trata de una propuesta de sentido común; teniendo en cuenta que es una calle principal, que conecta el norte con el centro de la ciudad, primordial para el Casco Antiguo, y en buen estado en general», justificó Escobar, quien defiende una decisión «con más ventajas que inconvenientes» con un «resultado final que será más satisfactorio para el conjunto de Logroño».

Así, las futuras obras, que se intentarán tramitar como 'sustitutas' de las anteriores a fin de mantener la financiación de la UE (aunque eso pasa a ser secundario), mantendrán la calzada de doble sentido central y las aceras actuales, aunque con mejoras en los cruces de Sagasta con Hermanos Moroy, Portales, Carnicerías, Marqués de San Nicolás y Ruavieja.

Decisiones, según lo explicado, «adoptadas tras las reuniones mantenidas y que ha facilitado la renuncia de la empresa adjudicataria (Antis Obra Civil)», que fue remitida al Ayuntamiento de Logroño el pasado 22 de junio según informaron el propio Escobar y el concejal de Urbanismo, Espacio Público y Ciudad Circular, Javier Martínez Mancho.

Podría decirse, pues, que todo ha confluido para que no haya remodelación según lo planeado por el PSOE: un gobierno que no compartía el proyecto en sí y una adjudicataria que llevaba esperando a ejecutarlo desde enero... renunciando en junio. Un contrato cuya resolución no tiene consecuencias para ninguna de las dos partes dadas las circunstancias, por si fuese poco.

Recordar que la actuación inicial en Sagasta entre el Puente de Hierro y el Espolón fue adjudicada en enero de 2023 por un importe de 1.168.830,50 euros, siendo algo menos de la mitad lo que se financiaría con fondos europeos, y un plazo de ejecución de ocho meses.

«Técnicamente no vemos razón para destruir lo que ya funciona, que es lo que actualmente hay» o «hemos pensado que así evitaríamos lo que ha sucedido en otras zonas» (con las Cien Tiendas en mente) fueron otros de los argumentos empleados para justificar la negativa a continuar con lo que ya estaba en marcha y recomponer la actuación en cuestión.

«Un error mayúsculo». Así se refirió este martes Pablo Hermoso de Mendoza a no ejecutar la obra prevista en la calle Sagasta financiada, además, por la UE. El ya exalcalde, ahora portavoz del PSOE, advirtió de que llegar a perder más de medio millón de euros de financiación europea es «muy necio» y «un retroceso». «El proyecto fue una decisión tomada tras las conversaciones mantenidas con comerciantes y vecinos, donde lo único que pedían era poder transitar con vehículo en ambos sentidos, y poder mantener, tal y como sucede en Portales, los horarios de carga y descarga, explicó desde el principal partido de la oposición.

Hermoso de Mendoza, quien hizo bandera durante su mandato del programa 'Calles Abiertas', recordó que las obras van más allá de un cambio de pavimento, pues las mismas incluían la «necesaria mejora de las redes de abastecimiento -con tuberías que aún son de fibrocemento- y las canalizaciones de suministros, además del alumbrado».

«Si Sagasta levantara la cabeza…», concluyó el exregidor municipal después de escuchar decir al actual primer edil capitalino que en el nuevo gobierno local no quieren «verse secuestrados» por la dinámica de los fondos europeos.

«La finalidad no son obtener los fondos, sino que su uso beneficie a la ciudad; son un instrumento, que nadie lo olvide, pero pensando en lo mejor para Logroño y aunque no los mantengamos para hacer estas mejoras el coste de las mismas será muy inferior al que se iba a asumir antes, pese a la cofinanciación, con el proyecto del que ahora se desiste», sentenció Escobar, quien aspira, en cualquier caso, a disponer de ellos «si se puede».