El Sagasta estrena cuerpo sin perder alma

Una reforma integral, pues lo de rehabilitación genera no poca controversia, en el que se ha tratado de respetar el pasado ganando el futuro, es decir, conservar el patrimonio del siglo XIX apostando, a la vez, por la innovación que se requiere en el siglo XXI teniendo en cuenta que al uso educativo se le sumarán el deportivo y el museístico.

«Se ha tratado de recuperar al máximo el edificio primigenio, de 1900 –eliminando los añadidos acumulados a lo largo del tiempo, que no fueron pocos–, pero adaptado a las necesidades actuales», explicaron este miércoles tanto Alberto Abad, subdirector general de Innovación Educativa de la Consejería de Educación del Gobierno de La Rioja y exdirector de centro en cuestión, como el arquitecto del proyecto ejecutado, Miguel Fernández Rueda.  

Ambos ofrecieron una visita, coincidiendo con la celebración del Consejo de Gobierno en las renovadas dependencias, en la glorieta del Doctor Zubía y en pleno corazón de la ciudad. Todo ello en medio de un notable 'espíritu sagastino' que irá incrementándose con su puesta en marcha y posterior inauguración.

Hablar del Instituto de Educación Secundaria Práxedes Mateo Sagasta es hacerlo de mucho más que un IES al uso; es hablar del instituto con mayúsculas de Logroño, de la institución de enseñanza por excelencia de la capital de La Rioja. Este miércoles lo hicieron, y mucho, Abad y Rueda, precisando lo hecho y detallando algunas curiosidades –como el comentado color de la fachada, que recuerda al original de principios del siglo XX–.

La reconocida y reconocible escalera central da la bienvenida al centro, rehabilitada tal y como quedó en 1914. Y los patios, bajo cúpulas de vidrio y acero, son una de las nuevas señas de identidad del edificio tras la reforma. El instituto concentra ahora todas las aulas en las tres plantas de la crujía sur, con entrada por Duquesa de la Victoria.

Pendiente quedaría por determinar el régimen de utilización que se le dará a la parte deportiva, con entrada por la puerta de Juan XXIII, y la museística, con acceso por Muro del Carmen, con sus grandes espacios recuperados en ambos laterales.

Desde el Gobierno de La Rioja se valoraba un centro «de marcado carácter urbano» que este año cuenta con 956 alumnos y alumnas, repartidos en medio centenar de grupos de ESO, Bachillerato y FP; y una plantilla de 109 docentes. Desde su puesta en marcha en 1843 –por tanto, este 2023 cumplirá 180 años– ha dado cabida a más de 25.000 alumnos y alumnas riojanos.

Los trabajos han contado con un presupuesto final de 22,6 millones de euros, incluyendo un incremento de 1,3 millones a causa de la modificación realizada a raíz de la aparición de los restos de muralla carlista (visibles en los sótanos).