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«Volver a este Sagasta es un sueño hecho realidad»

Regreso al histórico IES más de seis años después ·

Alumnos y profesores estrenan instituto tras casi cuatro años de obras con el objetivo de «hacerlo suyo» y el propósito de «cuidarlo como su propia casa»

Javier Campos

Logroño

Lunes, 6 de febrero 2023, 10:26

Nerviosos; inquietos e incapaces de permanecer en reposo ante lo mucho que había por ver. Expectantes; observando con interés y curiosidad todo lo que estaba pasando en un día calificado como «histórico». Así volvieron este lunes los primeros estudiantes al nuevo IES Sagasta, jóvenes de Bachillerato que, a la espera de ver si el renovado centro se adapta o no a sus necesidades, coincidieron mayoritariamente en su veredicto: «Precioso, es impresionante».

El Sagasta de siempre ha vuelto, y lo ha hecho mejor que nunca. «Ya pensábamos que nos íbamos a graduar sin pisar el nuevo instituto», comentaban en uno de los grupos que a primera hora de la mañana se arremolinaban en la que desde ya es puerta de entrada, la de Duquesa de la Victoria. Erik García, junto a Laura Vargas y Yarima Novoa, expresaban lo que tantos otros se habían estado temiendo todo este tiempo, aunque finalmente hayan podido estrenar. Satisfechos; complacidos y contentos viendo el resultado.

Maite Rosales, Micaela Villar y Loyola Ruiz, en otro de los grupos, daban también cuenta de ello. «Muy bonito, seguro que merecerá la pena. Los primeros días pueden ser un lío, pero tenemos muchas ganas y eso podrá con todo», constataban en plena bienvenida con los medios de comunicación como testigos de tan esperada vuelta. Un regreso que, con la mudanza aún por ultimar, se prevé complicada y no exenta de pocos quebraderos de cabeza. A segunda hora los alumnos de la ESO lo comprobaron.

Reuniones a la entrada y salida, idas y venidas por los pasillos, ocupación de aulas e instalaciones con mobiliario todavía por desembalar... Todo huele a modernidad y, sin embargo, cada escena remite a la actividad más tradicional que pueda albergar cualquier centro educativo que se precie. El Sagasta es el IES por antonomasia y la presencia de un andamio en el aula magna fue la mejor metáfora de la jornada 'inaugural' y de esos días iniciales que están por venir.

Vídeo.

Educación se felicitaba por «devolver a la ciudadanía un instituto moderno y adaptado a las últimas tecnologías, y a la vez respetuoso con su esencia original y su historia, que de hecho celebra este año su 180 aniversario». «Celebramos este día en el que devolvemos al IES Sagasta definitivamente a la vida, después haber podido culminar un proceso largo y complejo a lo largo de estos últimos años, no solo en la parte de acometer una reforma de tanta envergadura, sino también con todo el trabajo realizado de negociaciones para poder financiarla», sentenciaba el consejero de Educación, Pedro Uruñuela.

«Al aula del fondo, a la 113», decía una profesora a su clase tras la recepción en el salón de actos. Clases que daban comienzo en el Instituto de Educación Secundaria 'Práxedes Mateo Sagasta' con el objetivo de «hacerlo suyo» y el propósito de «cuidarlo como si fuera su propia casa». Fue como un inicio de curso... pero en febrero en vez de en septiembre. Alumnos y profesores repitieron 'primer día' en lo que supuso la inauguración del nuevo IES en su edificio de toda la vida, el que lleva viendo pasar el tiempo en la Glorieta del Doctor Zubía desde 1900 y que ofrece su renovada cara tras casi cuatro años de obras.

«Volver a este Sagasta es un sueño hecho realidad», ponía voz un docente a la comunidad educativa obligada a mudarse en 2016 de cara a una reforma integral que, con más complicaciones de las previstas, no ha sido posible culminarla hasta ahora. Y ello sin olvidar que aún se está de 'remates' en el centenario instituto capitalino.

«Todos tendremos que ir adaptándonos estas próximas semanas e iremos viendo», reconocía David León, profesor de Matemáticas, después de que el director del centro, Carlos Jiménez, precisase que febrero será un mes «de adaptación» hasta estar «instalados y ocupándolo todo al 100 %».

Y es que, si bien la idea inicial era llevar a cabo un traslado «más pausado» durante las vacaciones de Navidad «para que todo estuviese listo desde el primer día», finalmente no ha sido así, «lo que nos ha llevado a tener que hacer uso de espacios alternativos que iremos ajustando a lo largo de todo el mes hasta que concluyan trabajos como el montaje de laboratorios, donde damos muchas clases, o algunas labores de pintura».

Quejas por un regreso «precipitado» y «cosas que aún no están resueltas»

«Cuando haces un traslado a mitad de curso, siempre aparecen problemas; hay cosas que no están resueltas y, de forma probable, habrá algún problema con los teléfonos y con la conexión a internet», pronosticaba el consejero Uruñuela (como así sucedió con las pantallas, por ejemplo, según confirmaban a este periódico algunos estudiantes).

Y es que los remates pendientes, bien visibles durante el estreno, llevaban a parte del alumnado a hablar de «precipitación». Que en Bachillerato tuviesen programado algún examen sin saber muy bien dónde «hacerlo» era la mejor prueba de ello. «Se nos ha impuesto todo... ha sido un traslado algo caótico cuando no había ninguna prisa pues, incumplidos los plazos previstos, podíamos haber entrado tras Semana Santa».

De ello dejaba constancia Elena Ollero, miembro de la junta de delegados. Pese a la «precipitación» y otros lamentos, la joven confiaba en que el edificio fuese útil para los fines educativos con el que fue concebido y no se convierta en un «centro de visitas». Y es que hay alumnos que hablan de que su instituto, tras las obras, parece «un museo».

«Hay que estar contentos, y estoy seguro que nueve de cada diez lo están porque la vuelta tras una reforma tan esperada es la mejor noticia», concluía José Ramón Bascompta, otro profesor, a modo de improvisado prólogo.

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