Las conversaciones, que fuentes consultadas por este periódico circunscriben a un ámbito «informal», no han prosperado pero permanecen abiertas. El movimiento, al que Escobar resta importancia aunque llegó a ponerlo en conocimiento de la dirección nacional de su partido, se centraba en el relevo de Pablo Hermoso de Mendoza, pero no descartaba la presentación de mociones en otros ayuntamientos riojanos en los que la suma de PP, Cs y PR+ garantizara el cambio.
Se da la circunstancia de que el presidente de los regionalistas y único concejal de su partido en el consistorio logroñés, Rubén Antoñanzas, forma parte desde 2019 del equipo que gobierna a la órdenes de Hermoso de Mendoza. Antoñanzas ostenta, en régimen de dedicación exclusiva, la presidencia de Logroño Deporte, razón por la que un sector de la dirección de los regionalistas asegura no entender qué ventajas podría reportar un cambio de socios a mitad del mandato.
El PR+ admite contactos informales pero niega que haya «nada con visos de salir adelante»
«Hay un problema de entrada, y es cómo explicar en este momento una moción de censura que costaría entender a una buena parte de la ciudadanía y de nuestros votantes», aseguran desde el PR+. «Tampoco alcanzamos a comprender», añaden, «qué beneficio obtendríamos como organización política ni de qué forma podría beneficiar un movimiento de este tipo a los logroñeses».
Las conversaciones encaminadas a formalizar una nueva mayoría que haga alcalde a Conrado Escobar se iniciaron hace varias semanas, al hilo de la moción que culminó con el cambio en la alcaldía de Murcia, pero cogieron impulso después del 4 de mayo, el día en que los madrileños otorgaron en las urnas un amplio voto de confianza a Isabel Díaz Ayuso. Desde entonces, el PP riojano ha tratado de acelerar, hasta el momento sin éxito, la negociación que permitiría investir a su candidato y, llegado el caso, establecer también los términos de un pacto más amplio que podría extender el objetivo a municipios como Haro, Nájera, Villamediana, Navarrete o Cenicero.
En nombre de los regionalistas ha llevado la voz cantante en este proceso el exalcalde de Logroño por el Partido Popular y actual secretario general del Partido Riojano, Julio Revuelta, quien niega que hayan existido negociaciones pero admite contactos informales «sin mayor trascendencia» de los que no cabe deducir «nada medianamente trabado con visos de salir adelante».
En círculos de la dirección regionalista se insiste en que las posibilidades de éxito de la maniobra «son muy remotas, por no decir imposibles». Además, y pese a reconocer que se han llegado a vivir «incluso momentos de cierta euforia», subrayan que no tendría mucho sentido la promoción de un relevo que solamente podría complicar la posibilidad de afrontar en la ciudad proyectos que necesitaran el respaldo de los gobiernos de La Rioja o de España, ambos en manos del PSOE.
El presidente del PR+ y único concejal logroñés de esta formación coincide igualmente con el grupo de los que recelan de la viabilidad de la tentativa apadrinada desde el PP. «Ya somos gobierno en Logroño, no alcanzo a imaginar qué clase de ventaja tendría romper uno para estar en otro». Otro tanto sucede en Haro, donde Leopoldo García Vargas forma parte, con amplias atribuciones ejecutivas, del equipo que encabeza la socialista Laura Rivado.
A pesar de ese tipo de recelos, los regionalistas han visto en esta tentativa una oportunidad para plantear como moneda de cambio algunas viejas aspiraciones que se encuentran en el dique seco, como la reducción, desde el 5% hasta el 3%, del umbral electoral que da acceso al primer escaño en el Parlamento autonómico. Un cambio en ese sentido allanaría el camino para el regreso del PR+ a la cámara legislativa, en la que no obtuvo representación en las elecciones de mayo de 2019 tras recibir el 4,61% de los sufragios. La modificación se encuentra bloqueada en este momento por el PP, cuyos votos son necesarios para aprobar un cambio en la ley electoral que sólo es posible mediante una mayoría cualificada que habría de sumar necesariamente el respaldo de los diputados populares y socialistas. En todo caso, fuentes del PSOE advierten que si ese argumento sirviera para arrebatarles la alcaldía de Logroño la ley electoral seguiría como está, porque serían ellos quienes vetarían el trueque.
En Ciudadanos también despachan las primeras consultas de este periódico con un desmentido que, poco después, adquiere la forma de una rotunda negativa a amparar cualquier movimiento que suponga una ruptura de gobiernos consolidados. «Hay movimientos, sí», aceptan. «Se han dirigido a nosotros, pero nos hemos negado a participar. Ciudadanos no ha negociado absolutamente nada ni va a hacerlo». En el seno del partido existen posiciones divergentes ante la moción y temen, sobre todo, una ruptura del grupo, ya que bastaría el voto contrario de uno solo de sus cuatro concejales para hacer fracasar la iniciativa.
La Ejecutiva federal del PSOE ya ha sido informada de la existencia de conversaciones tendentes a promover una moción en Logroño. Las especulaciones en torno a la censura llegan a insinuar que en sectores socialistas se asiste con cierta complacencia a un movimiento que, a pesar de que no tiene visos de prosperar, al menos pone en un aprieto a Pablo Hermoso de Mendoza. Entre los avalistas de la candidatura de Concha Andreu a la secretaría general del PSOE riojano se sitúa al alcalde de Logroño en el entorno afín a Francisco Ocón, quien todavía mantiene viva, aunque cada vez con menos determinación, la expectativa de postularse para ser reelegido en la responsabilidad orgánica que también pretende la presidenta del Gobierno para acabar con la actual bicefalia en el Ejecutivo y en el partido.
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