Naranja hecho trizas

Y ello porque el concejal está inmerso en un expediente de expulsión abierto apenas unas horas después de lo acontecido en el último pleno de la Corporación, el de septiembre, cuando la concejala de su grupo Rocío Fernández llamó tránsfugas mediante cartelitos a los ediles que se marchaban de su formación, Marisa Bermejo y Javier Garijo, para pasar a ser no adscritos, y él apoyó a la portavoz de UP, Amaya Castro, que pedía que se retirara la cartelería y, por último, dio un abrazo a Bermejo. La concejala Fernández acabó expulsada de la sesión plenaria por negarse a retirar los papeles y, de la misma, Tricio podría terminar expulsado de su partido pese a que él insiste a quien le quiera oír en que el abrazo fue un gesto con una persona, Bermejo, que estaba sufriendo.

Y es que no, el resultado del expediente no pinta bien para Tricio, desaparecido por baja desde hace días de la actividad municipal, mientras que su compañera Fernández ha ido acudiendo a los actos mateos, en buena parte de las ocasiones acompañada del coordinador de Cs La Rioja, Pablo Baena, y el mismo lunes protagonizaba una rueda de prensa como si aquí no pasara nada.

La relación entre Ignacio Tricio y Rocío Fernández no era buena antes del caso de los 'no adscritos' o 'tránsfugas' como los llaman Fernández y el mismo Baena. Casi no se dirigían la palabra y tampoco es que lo disimularan. Pero es que la situación del grupo se complicó casi desde el primer día. El primer portavoz y cabeza de cartel, Julián San Martín, apenas ejerció su cargo unos meses y luego estuvo otros tantos de baja hasta que dejó su acta y renunció para ser sustituido por Javier Garijo.

Si en sus primeros cuatro años en el Consistorio, Ciudadanos contó con la relevancia que le daban los votos que sostenían al Gobierno local, en esta segunda etapa, en la oposición, no ha tenido ocasión de destacar y, por fin, ha sucumbido a la autodestrucción. Marisa Bermejo y Javier Garijo justificaron su marcha de Cs, que no de la Corporación, hablando de luchar por «los intereses reales de nuestra ciudad, no los impuestos desde una formación política desde una perspectiva nacional». Tricio no se quiere ir pero los hay que quieren que no se quede. Parece que solo va a permanecer una.

¿Qué ocurrirá si Tricio acaba fuera de Ciudadanos y no entrega su acta? Este terreno es nuevo en el Ayuntamiento logroñés porque hasta ahora los concejales se marchaban dejando su acta, con lo que bastaba con gestionar su sustitución. Así, los servicios jurídicos están profundizando en el caso, pero de momento todo apunta a que él iría a engrosar la lista de los no adscritos con sus ex-naranjas y a que Ciudadanos perdería su grupo como tal y pasaría a integrarse en el grupo mixto, que es el que ahora disfruta en solitario el regionalista Rubén Antoñanzas.

Este miércoles, Pablo Baena apelaba al Pacto estatal Antitransfuguismo para preservar grupo propio. Cs ya pidió hace días a la Junta municipal de Portavoces que los partidos se pronunciaran respecto a este pacto.

Tener un grupo municipal no es ninguna broma porque reporta unos ingresos anuales de 90.000 euros, mientras que también se cobra una cuantía de 15.000 euros por edil, con lo que el varapalo para la formación naranja, además de en lo político, tendría repercusiones económicas notables que, de rebote, también podrían acabar afectando al PR+.

Todo está por ver, aunque el resultado final no tardará mucho en concretarse. Quién quiere arrastrar líos así cuando hay que ir preparando nuevas carreras electorales.