El 'diente roto' de la plaza del Mercado cuesta 800.000 euros

Los terrenos que otrora ocuparan los números 8 y 9 de la plaza del Mercado y el 2 de Carnicerías (las conocidas popularmente como Escalerillas) llevan sin uso desde un precipitado desalojo en 2010. En mayo de ese año, el recordado Eduardo Gómez escribía que «hace ya algunos meses que cerró sus puertas 'Las escalerillas' al declararse en ruina el edificio donde se encontraba. Desde hace unos días ha desaparecido también el edificio, quedando el solar como uno más de los muchos que existen en el Casco Antiguo de nuestra ciudad que esperan, de momento sin prisas, que alguien los rehabilite». Con la vista aérea de la que dispone ahora el bueno de Eduardo y su inagotable buen humor, seguro que aún se está descojonando de su preclaridad.

Pero, ¿qué tiene de especial ese espacio singular? Principalmente, su ubicación. No existe un solar tan céntrico a la venta en la capital de La Rioja. Y sus usos. Los más veteranos recordarán las cabecillas y otros manjares que se podían consumir en el ya citado 'Las escalerillas', casa de comidas donde primaba lo que había en el plato sobre la decoración, el ambiente y hasta la limpieza. Una casa de grasa y sabor donde tocaba comer con las manos y deleitarse con orujos y puros tras comidas que nueve de cada diez dietistas rechazarían para sus pacientes. Esos veteranos también podrían recordar en ese pequeño rincón de la calle Carnicerías y en la entrada a la plaza el horno de asar Suberviola o la zapatería Verano, al igual que el clásico La Chata, que afrontará, en la otra mano de la vía, un nuevo reto.

Pero tal vez a los lectores entre los 30 y los 50 años 'Las Escalerillas' no les digan nada. Para ellos sería mejor hablar de 'El sueño de la musa' o, resumidamente, 'La musa'. Fue uno de los garitos por excelencia de la noche logroñesa en este siglo XX. Ahí se movía el moderneo, se presentaban conciertos de Actual y se hacían las ruedas de prensa, se veían cortos y, sobre todo, se disfrutaba de noche. Pocos bares habrá tenido Logroño con mejor música que 'La musa', que también era un espacio de libertad.

Porque 'La musa', en su segunda planta, se convirtió en un lugar 'gay friendly' cuando hasta ese momento 'gay friendly' solía significar segregación. Ese espacio era un sitio donde el colectivo gay se sentía cómodo y el heterosexual, también. Un espacio de libertad absoluta y muy de agradecer en un Logroño poco dado históricamente a esas situaciones.

Justo al lado todavía permanece el rótulo del 'Almanaque', otro garito nocturno con una clientela fiel y que destacaba por combinar un punto de pachanga con momentos de rock y pop.

Pero de eso hace ya casi quince años. Después de la ruina del edificio (Carnicerías 2, en 2008 y los dos edificios de la plaza del Mercado, en 2010) y de su demolición, llegaron años en los que llegó a existir un proyecto que contemplaba catorce viviendas, un local comercial, una oficina y 22 plazas de aparcamiento. Fue en 2016 y esa idea parece que ha desaparecido.

También desapareció, en este caso a causa de un vendaval, una gran lona con la imagen del desaparecido edificio que daba cierta continuidad a la plaza. Así que se decidió el desmontaje total del andamiaje que lo sustentaba y desde entonces la plaza del Mercado muestra su diente quebrado. Ahora se abre una nueva oportunidad para el arreglo de la imagen más reconocible de Logroño... dinero mediante, como en los dentistas.