El caso de las tapas que vuelan: docenas de bocas de riego desaparecen en un mes

Policía Local y Nacional han extremado la vigilancia tras el robo de alrededor de 40 tapas de arquetas de hierro fundido en distintas zonas de la capital riojana este mismo mes y el Ayuntamiento de Logroño está sustituyendo los tornillos de fijación como medida preventiva.

La desaparición de tales elementos, rectangulares de 22 por 16 centímetros aproximadamente, se ha ido produciendo en oleadas durante lo que va de noviembre... Primero, en Duquesa de la Victoria y avenida de la Paz; luego en Pérez Galdós y República Argentina; y recientemente en Pío XII y Vara de Rey.

Así lo confirma la propia Administración local, desde donde se explica que es la primera vez que sucede algo así en la ciudad de Logroño. «Sí que al comienzo de la crisis económica, en el 2008, se registró el robo de varias tapas de saneamiento y alcantarillado», recuerdan.

La situación llevó a que el propio Ayuntamiento denunciase el caso ante la Jefatura Superior de Policía de La Rioja después de que se detectase la sustracción de hasta 30 tapas entre Duquesa de la Victoria, avenida de la Paz, Pérez Galdós y República Argentina.

Una denuncia que se ha visto traducida en un aumento de la vigilancia al respecto, orden expresa a la Policía Local incluida. Posteriormente, volvieron a desaparecer una decena de tapas en Pío XII y Vara de Rey. Y alguna más en Juan XXIII.

Nadie encuentra explicación al suceso pues, según dicen, son elementos de apenas valor, incluso como chatarra. «Pesan 700 gramos y hay que juntar muchas... otra cosa serían las grandes, que pesan 50 kilos», precisan. Eso sí, a las arcas públicas la reposición de cada una de ellas le sale por unos 35 euros. Nadie sabe tampoco qué método es el empleado para sustraer las tapas en cuestión.

Fueron los operarios del servicio de limpieza los primeros que dieron la voz de alarma. Aviso al jefe, según lo hecho otras veces cuando se ha percibido algún problema con las tapas de registro de los diferentes servicios que se ubican bajo el suelo, para que se pusiese en contacto con el servicio de aguas, en este caso, y con la Policía Local para que señalizasen el lugar de cara a evitar riesgos y accidentes hasta resolver por completo el aviso.

No hay constancia, afortunadamente, de que haya habido daños personales. Y es que meter el pie en los huecos y caer al suelo es uno de los principales peligros.

Según fuentes municipales, cuando la anécdota dejó de ser tal y el número de tapas fue lo suficientemente alto como para pensar que no era algo ni mucho menos casual, el servicio de aguas denunció la desaparición ante la Policía Nacional.

La Policía Local se puso también a ello y el Ayuntamiento inició una campaña de sustitución y 'atornillado' para tratar de que el caso no vaya a más. En la calle Huesca, solo por poner un ejemplo, se repusieron el pasado viernes hasta 29 tornillos para fijar las tapas a sus correspondientes arquetas.