Obra en la piscina del residencial La Garnacha, de Navarrete. Justo Rodriguez

Las piscinas particulares ganan terreno ante la indefinición de la norma

La empresa Remarsa asegura que se ha duplicado el trabajo, lo que le ha llevado a incrementar su plantilla de 6 a 10 empleados

Diego Marín A.

Logroño

Viernes, 22 de mayo 2020, 19:53

Las últimas semanas de la primavera son la época fuerte de empresas como Remarsa, dedicada a la instalación, reparación y mantenimiento de piscinas. Ante la situación de incertidumbre en la que se encuentra la temporada de baño en las piscinas públicas y comunitarias, muchas personas ... están optando por construir una particular en sus casas y fincas, de manera que esta empresa con sede en Albelda de Iregua cuenta con mucha labor y ha aumentado su plantilla de trabajadores de seis a diez personas.

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Jaime Rejado regenta Remarsa junto a su esposa, Estela Martínez, y este jueves supervisaba los trabajos de reacondicionamiento de la piscina comunitaria de la urbanización La Garnacha de Navarrete, aunque los vecinos todavía no saben si la podrán abrir y en qué términos. «Ahora tenemos que poner todo en marcha pero estamos a la espera de conocer la normativa para poder poner en funcionamiento las piscinas», explicaba Jaime Rejado.

También hay quien había descuidado u olvidado sus piscinas privadas y ahora las rehabilita para poder usarlas este verano «con tranquilidad y no tener problemas porque la situación de las comunitarias, ahora mismo, es muy complicada». Muchas de esas piscinas antiguas, «medio abandonadas, necesitan reformarlas, forrarlas para que no pierdan agua, reparar las depuradoras de agua...».

«Las piscinas particulares no han de cumplir ninguna normativa estricta porque se supone que son solo para la familia»

«Ahora tenemos que poner todo en marcha pero estamos a la espera de conocer la normativa», explica Jaime Rejado

Otro servicio que ofrece Remarsa es la instalación de nuevas piscinas de poliéster forrada con lámina armada, «un producto termosellador que produce una estanqueidad total». «En este aspecto hemos incrementado bastante el trabajo, más del doble con respecto al año pasado, sobre todo para particulares», expone Jaime Rejado. En unos diez días se puede tener montada y en funcionamiento una piscina en el terreno particular, con la excavación, la depuradora, etc. Los precios varían según el tamaño, entre 12.000 y 18.000 euros.

Hasta San Bernabé

Si un año como el pasado 2019 a estas alturas ya habían montado unas ocho piscinas, ahora ya han instalado quince. «Y tenemos reservado hasta después de San Bernabé para estar trabajando sin parar», advierte el gerente de Remarsa. Y es que la ventaja de la piscina particular es «que no tiene que cumplir ninguna normativa estricta porque, se supone, es para que la usen solo la familia y los amigos más directos».

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