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Confecciones El Barato, a la espera de resolución en la plaza del Mercado. Justo Rodríguez
Todo un patrimonio gráfico por proteger

Todo un patrimonio gráfico por proteger

El caso de Confecciones El Barato vuelve a dejar en evidencia que Logroño suspende en la conservación de rótulos y otros elementos singulares de identidad diferencial

Javier Campos

Logroño

Sábado, 25 de enero 2025

El caso de El Barato, un histórico que no por estar cerrado deja de serlo, ha vuelto a poner de manifiesto que Logroño tiene un problema. La capital de La Rioja, a día de hoy, sigue sin contar con normativa alguna que obligue a la conservación o protección de elementos singulares tales como rótulos en particular, o escaparates en general, dejando exclusivamente a la decisión del propietario la supervivencia de los mismos. Y lo que es peor, a veces los deseos de mantenimiento se topan con la propia Administración local y una normativa que no entiende de sentimentalismos.

La ciudad se puede leer de muchas formas, y una de ellas es a través de sus rótulos –comerciales por lo general–, que la hacen única e irrepetible. Todo un patrimonio gráfico por preservar y, con él, esa memoria colectiva formada tras el paso de varias generaciones, incluso en ocasiones no tantas (al parecernos más antiguos de lo que realmente son). Así, y pese a ser solo un ejemplo más, aunque lamentablemente no el último, lo de la tienda de confecciones de la plaza del Mercado ha vuelto a poner el foco en un problema que amenazó, amenaza y amenazará de no tomar cartas en el asunto en otros muchos casos, con el Casco Antiguo como principal escenario.

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Y en esas, el Ayuntamiento trata de buscar una solución, El Barato espera que la encuentren, y las reuniones se suceden entre las partes con el apoyo a las propietarias de quienes se les han acercado solidariamente a expresarles eso de «a nosotros también nos pasó lo mismo». El hecho de que no cumplan con las actuales normas urbanísticas del PGM, que por otro lado datan de 1985, no pudiendo por tanto optar a las ayudas municipales a la rehabilitación, parece imponerse... al menos de momento (con la obra de la fachada, eso sí, paralizada).

Mientras desde el Consistorio capitalino se apuesta por modificar las citadas normas, sobre todo en el Centro Histórico, para atender «estas y otras excepcionalidades» –a la espera de la revisión del PGM, junto al listado de bienes arquitectónicos protegidos–, Diario LA RIOJA se interesa por esos otros casos que, como El Barato, están en la mente de todos.

Letrero de 'Philips', elemento referencial de futuro incierto de Radio Prieto en Capitán Gallarza. Justo Rodríguez

Ejemplos que se limitan a letreros, como el de Radio Prieto, con la verticalidad reconocible y reconocida de las letras de 'Philips' en Capitán Gallarza (sin que nadie sepa que va a ser de él), o el de cortinas 'La Roja' (donde ya desapareció la marquesina y, de la misma manera y por estar fuera de ordenación, hubo sugerencia desde la Oficina de Rehabilitación y Centro Histórico para retirar el característico rótulo).

O que se extienden a escaparates enteros como La Villa de Madrid (que sigue viendo pasar el tiempo a la par que deteriorándose a la espera de un rescate que no llega), aunque con el rayo de luz que supuso que justo en la esquina de enfrente el restaurante La Difunta, abierto en la que fue la boutique Tebriz, apostó por rehabilitar uno de los escaparates más singulares de Portales.

Casos negativos, salpicados con algunos positivos en los últimos tiempos, como la antigua desaparición de 'El Nuevo Mundo y 'La Violeta', también en Portales, y el nuevo mantenimiento del escaparate del Niza de Hermanos Moroy por parte del taller de joyería, porcelana y textil 'Robles y Oca', forman ya parte de la hemeroteca de este periódico.

El Ayuntamiento, al menos de palabra, ve necesario modificar las normas a la espera de la revisión del PGM

Todos ellos, además, protagonistas en una experiencia que en 2022 dio mucho que hablar, la exposición 'Abierto por ilusión' que se retrataba Logroño en sus rótulos, con el hito de un paseo tipográfico por la parte vieja, un recorrido por los establecimientos del Casco Antiguo de la capital con cartelería 'a tener en cuenta' incluida dentro de la muestra.

«Cualquier elemento artístico, caso de los rótulos, es fruto de una época, nos cuenta cosas de la misma y, además, forma parte de nuestra memoria emocional, de nuestra historia vital que si nos lo roban, es como si nos robasen algo que nos pertenece», explicaba entonces el profesor de Lettering, José María Lema, quien, en cualquier caso, actualmente pone de manifiesto que la sensibilidad ha ido a más y nada tiene que ver con la de hace unos años.

Así, en el presente, en la capital de La Rioja, al igual que en otras ciudades, han surgido movimientos en defensa del citado patrimonio gráfico recuperando letreros para reivindicar su valor histórico. Como el surgido a raíz de la citada exposición, organizada por el estudio Lles y coordinada por el diseñador Gabriel Santolaya y el arquitecto José Miguel León, que desde entonces se han lanzado a salvar de la piqueta algunos de esos rótulos. Sirvan como muestra, las 'gafas' y las letras doradas, luz incluida, de la desaparecida Óptica Espolón en Muro de la Mata, o el que ya tienen apalabrado de Ferretería Larrea, de cierre más reciente en el vecino Muro de Cervantes.

En la ciudad hay hasta dos iniciativas en defensa de los letreros que están rescatando material de los negocios que cierran

Más público y notorio, pues empezó antes, aparece 'Pixel And Games', la asociación que ha recuperado los recreativos de antaño, y que al mismo tiempo trata de preservar los elementos de la oferta de entretenimiento de la capital en los años 80 y 90. Así, el número 52 de la calle Piqueras atesora retazos de gremios, comercios y negocios hoy extintos pero que permanecen en la memoria colectiva de toda una generación. Y todo ello con los letreros y rótulos como principal reclamo.

Elementos que conducen a lugares, como ya definiesen José Miguel y Aurora León en la 'Guía de Arquitectura de Logroño', «que por la intensidad de su uso, por su carácter tópico o típico, o por su singularidad, se convirtieron en pequeños referentes, en visitas obligadas o en sentimentales iconos». Como los de las librerías Sender, en la calle Luis de Ulloa, o Hernamar, de la calle Huesca.

Operaciones 'particulares' mientras se suceden los mensajes de quienes llevan años clamando en el desierto. «Es un error de un ayuntamiento no saber proteger elementos que forman parte de la memoria colectiva de su ciudad», resume al respecto Domingo García-Pozuelo, exdecano del COAR.

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