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Todo un patrimonio a la espera de ser mostrado, sí. Como el de todos los IES de la Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio (valga la redundancia) de los Institutos Históricos (ANDPIH), también llamada Asociación de Institutos Históricos de España, a la que pertenece por derecho propio el Práxedes Mateo Sagasta. Colecciones y más colecciones, en este caso con las del doctor Zubía a la cabeza.
La asociación constituida ya este siglo y que aglutina más de cincuenta institutos, admitiendo como tope la Guerra Civil, ya se pronunció en su día cuando en 2015, y antes de dar por segura la posterior reforma integral, dejaron claro que estos institutos no pueden dejar de serlo, y que, además, deben ser espacios de puertas abiertas. Y un museo puede ser un reclamo para ello.
Diario LA RIOJA, presente entre 2016 y 2017 durante el inventariado y la catalogación de fondos previo a las obras que tuvieron lugar entre 2019 y 2023 para devolver al centro educativo todo su esplendor, muestra con las imágenes tomadas entonces una parte (pequeña) de lo que podría exponerse de cara al público según lo previsto pero que, sin embargo, parece que tardará en llegar.
Muebles de mayor o menor antigüedad (desde originales a algunos específicos para los distintos usos del edificio desde 1900). Como un juego de 11 sillones de madera de nogal (en la imagen), amén de sillas, mesas, estanterías...
La pintura es una de las manifestaciones artísticas presente desde siempre en el edificio, con obras de diferentes temáticas (algunas rehabilitadas anteriormente... con firma o sin ella).
Al igual que la pintura, la escultura también está muy ligada a la historia del instituto a lo largo de los años, llegando a contar en su día con un museo de reproducciones (con muchas de esas piezas hoy expuestas en la Esdir).
El IES Sagasta albergó en su día una capilla, por ello se conservan testimonios tanto de ésta como de otros espacios hoy desaparecidos (con usos del pasado). En la imagen, un sagrario de aluminio dorado con bajorrelieves.
Esqueleto real, con leyenda incluida (la del 'barquillero' en este caso), y vitrina (casi urna) para alojar un animal disecado. Lo divino y lo humano, la vida y la muerte, se dan cita en los fondos del IES.
Expuesta en su día en los pasillos del viejo Sagasta, varias generaciones pudieron contemplar una colección de taxidermia de primer orden utilizada en sus tiempos para los estudios de Zoología.
Materiales acumulados a lo largo del tiempo con especial relevancia de los antiguos gabinetes de Física y Química, amén de los laboratorios y del de Ciencias Naturales (de lo que más identidad y sentido da al centro de ayer y de hoy).
El gabinete de Química, otro de los referentes. También en las vitrinas y expositores trasladados al Palacio de Justicia se almacenaban los compuestos químicos para los experimentos de entonces. Otro de los clásicos.
Biología, Anatomía, Medicina, Didáctica en general... Las maquetas del cuerpo humano y de casi todo servían de base a las explicaciones del profesor. En el Sagasta las Ciencias Naturales importaban y mucho. Referentes totales.
La 'joya' junto a la biblioteca del Sagasta es sin lugar a dudas el legado del doctor Zubía, quien en su día catalogó 4.000 especies de la flora y fauna riojanas, recopiladas en dos colecciones. En la imagen, el herbario listo en 2017 para su almacenaje.
Nadie entendería el Sagasta sin su biblioteca, si bien tras la reforma hay quien duda de que vuelva a ser la misma. Más de 30.000 volúmenes esperan su regreso, tras el traslado de los 4.000 «más usados» a la remodelada, a los que se une todo el patrimonio de papel, que no es poco.
Mapas, grabados, láminas (desde la colección de grabados y que pudo verse durante las obras de reforma en Madrid, a los murales litográficos de la primera colección de Achille-Joseph Comte o las láminas de Historia Natural, además de una extensa cartografía). Mucho encanto.
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