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Nuria Alonso
Lunes, 14 de abril 2025, 07:28
Justo en el terreno más cercano que baña el río Ebro, en la margen izquierda, se levanta un nutrido grupo de viviendas cuyos residentes conforman la Asociación de Vecinos Norte que, sin embargo, como comenta el presidente de la misma, Miguel Fombellida, comparte muchos intereses con las otras dos asociaciones cercanas, El Campillo y San Antonio. Los problemas de accesos y la carencia casi absoluta de servicios marcan la vida pausada de esta zona, que anhela la integración del río como una calle más de la ciudad.
Servicios Ninguno, disfrutan del cercano Las Norias y, como colegio, el más cercano es el concertado de Alcaste.
Comercio Disponen de una pequeña tienda de proximidad y una frutería cerca.
Parques y zonas verdes Todo la margen izquierda del río Ebro.
– ¿Qué es lo mejor de vivir en esta zona?
– Lo mejor es que estás cerquita de Logroño, puedes ir andando al centro y a la vez estás en el campo, en la naturaleza. Cuando hace 35 años compré la casa aquí, estaba al lado del río, un sitio agradable, con parques alrededor. Y luego, una de las cosas más bonitas que tiene esta zona es que tenemos al lado la calle más especial de Logroño, que es el río Ebro. Creo que tener ese privilegio que algunos lo pueden considerar como una especie de frontera o algo que separa, para mí es una arteria que comunica dos zonas y es una gozada. Creo que está infrautilizado y que falta que se integre mucho más en la ciudad, pero para mí los espacios abiertos, los espacios verdes, el paseo por el río, los parques, a mí me parecen una maravilla.
– ¿Y lo peor, lo que más críticas genera entre los vecinos?
– Lo peor es que no hay servicios, que hay mala comunicación con Logroño porque solo están los puentes de Piedra y de Hierro, que está casi siempre cerrado. No hay más que una tienda pequeñita, y hemos conseguido la farmacia después de muchos años. En cuanto a conexiones por autobús, hay dos líneas aunque sería conveniente más afluencia en ciertas horas o en fiestas, por ejemplo
– Plantee tres reivindicaciones para su barrio, las necesidades más apremiantes.
– Los accesos. Cuando cierran los puentes estamos 'vendidos' y se nos obliga a dar toda la vuelta por el puente Sagasta o por el monte Cantabria. Necesitamos una doble vía para conectar por la zona del polígono de Cantabria pero no con la carreterita que hay, que genera retenciones, sino que se habilite un doble carril por esa parte de la carretera de Mendavia.
Segunda, el quinto puente prolongando la calle San Millán. Que una persona que llegue a las estaciones no tenga que cruzar todo Logroño y pasar por el puente de Piedra para acceder a esta zona. O al revés, viene a Logroño mucha gente de Oyón y de la zona de Rioja Alavesa que tienen la entrada por el puente de Piedra. Ese quinto puente debería construirse como sustituto del de Hierro, para que éste, en un futuro, se convirtiera en peatonal o semipeatonal.Hay que pensar que la gente que pasa del sur al norte viene por ocio, para hacer deporte en Las Norias, para ir al mercadillo o para disfrutar de la naturaleza o de los paseos; pero la gente que pasa del norte al sur lo hace por obligación, porque tiene que llevar a los hijos al colegio, porque tiene que ir al trabajo, al banco o al Ayuntamiento.
Y la tercera, avanzar en el soterramiento. Eso permitiría, por ejemplo, conectar la calle Portillejo con el puente Sagasta y serviría para integrar de forma más natural toda esta parte de la ciudad con la margen derecha.
– ¿Y qué le sobra a la zona?
– Más que sobrar, falta que acondicionen o que eleven la margen izquierda un metro para evitar problemas de inundaciones cuando sube el agua. Lo más urgente sería el tramo entre la Casa de las Ciencias y la pasarela.
– ¿Alguna demanda histórica que nunca haya sido atendida?
– Tener el río bien limpio, además de ampliar las infraestructuras y los servicios, que son bastante escasos en esta zona. Por ejemplo, el pasadizo peatonal que accede a la zona de El Campillo deberían adecuarlo un poco, iluminarlo, limpiarlo... A rebufo de este asunto, también reclamamos una mayor presencia policial, sobre todo, por la noche.
– ¿Qué le pide a los vecinos de su zona?
– Que sugieran cosas, que sean inquietos, que sean más participativos, yo espero que la gente proponga cosas,
– ¿Y al Ayuntamiento?
– Que haga caso a los vecinos de esta zona, que no queremos que pongan aquí su 'caja de música'. Eso rotundamente.
– ¿Es un buen lugar para los niños, los jóvenes y los mayores?
– Totalmente. Estamos encantados, es una zona con muchos espacios abiertos, con mucha tranquilidad, con la sensación psicológica de que estás lejísimos del centro, cuando en realidad tardas nueve minutos en llegar andando al centro de Logroño. Y luego, tienes instalaciones deportivas, está la Casa de las Ciencias... Es una gozada de barrio para vivir.
– ¿Y para los animales de compañía?
– Mejor todavía, estamos en pleno campo y al lado del río. Imagínate.
– ¿Qué envidia de otros barrios de Logroño?
– Envidiar como tal, nada. Lógicamente, hay infraestructuras y servicios que aquí no tenemos; por ejemplo, es tremendo que tengas que cruzar el río para hacer la compra o para ir al banco...
Se muestra hasta belicoso Miguel Fombellida con la 'caja de música', como alude al recinto de grandes eventos que se instalará en la parcela contigua al Mundial'82. Porque, al igual que los vecinos de El Campillo, creen en la Asociación Norte que el elegido no es el mejor emplazamiento. Fombellida lo argumenta con dos puntales como base: el ruido y la seguridad vial. Las molestias acústicas son evidentes, pero ven el problema del tráfico y la seguridad hasta más grave: «Será una ratonera: si quieren hacer 1.800 aparcamientos es porque calculan que vendrá mucha más gente». «A ver cómo van a articular las salidas del barrio con los accesos que tenemos, que colapsan con cuatro coches», sostiene el presidente, que teme que «se hipoteque la entrada y salida de los domicilios de todo el barrio». «No es el tipo de proyecto que necesita la ciudad o el barrio ni siquiera económicamente: es un proyecto de altibajos, es decir, en momentos puntuales, tienes una afluencia de mucha gente, pero eso no da continuidad durante todo el año ni estabilidad económica, no genera empleos ni actividad regularmente», concluye.
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