Un pasillo de honor para Faustino

En nombre de todos, la directora Cristina Palacios fue la encargada de dedicarle unas palabras a quien describió como un pilar fundamental en el centro de Duques de Nájera y una figura muy querida que siempre estaba ahí donde hacía falta. «Desde su vivienda en el colegio, ha llegado a entrar en pijama para ir corriendo por los pasillos a desconectar la alarma», relató, al tiempo que se refirió a las pequeñas licencias que alguna vez permitió: «Educadamente dejaba pasar a los chavales con el balón; eso sí, tenían que ser respetuosos con las instalaciones. Este cole ha sido su hogar, su casa, desde su garita ha seguido el devenir de todos los estudiantes, algunos ya padres de alumnos actuales del centro», relató sin olvidar su faceta como «apasionado belenista».

Una afición de la que se ha beneficiado estos años el centro, que cada año estrenaba un renovado nacimiento, muy esperado por otra parte por los alumnos a los que retaba a encontrar las figuras de ratón que había escondido entre las piezas. El alcalde, por su parte, tras agradecer en nombre del Ayuntamiento la labor de Faustino como servidor público, compartió con todos sus andanzas por este colegio a donde acudía a jugar baloncesto con 15 años.

Faustino Corral, por su parte, cuando vio a toda los alumnos reunidos se emocionó y, aunque se reconoció como hombre de pocas palabras, agradeció el cariño recibido y dijo haber pasado unos años muy felices. Faustino era veinteañero cuando entró en el Doctor Castroviejo, donde ha visto pasar a cinco directores, cientos de alumnos que aún le gritan por su nombre cuando pasan por las cercanías del colegio y donde todavía se impartía la EGB. «Han pasado muchos años, han cambiado las circunstancias, las leyes, pero los alumnos no han cambiado tanto». Agradecido con todo el afecto recibido, ahora espera dedicarse a su familia y a su otra gran pasión: la montaña, la espeleología y las vías ferratas.