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El problema viene de lejos, pero se ha agravado ante la pasividad y la inacción del Ayuntamiento, que tenía que haber tomado cartas en el asunto desde hace años, cuando empezaron a verse las primeras». Santiago Monzón, gerente del camping La Playa, pone voz al creciente malestar del parque de campismo de Logroño, al otro lado del Ebro, por una situación que no es nueva, pero sí que va a más.
Que las autocaravanas y las furgonetas camperizadas se han puesto de moda es evidente, y la capital de La Rioja, como tantos otros lugares de destino, no se ha quedado al margen del fenómeno. Tanto que, en la práctica, el aparcamiento público de Las Norias se ha convertido en un improvisado camping, también público, para la desesperación del alojamiento existente para tal fin a escasos metros del mismo.
Las protestas de La Playa son las lógicas de un negocio que vive de albergar campistas cuando, muchos de ellos, llegan ahora en este tipo de vehículos que parecen imponerse, y no tardan en comprobar que en la capital riojana cuentan con un lugar inmejorable y gratuito para una placentera estancia. Un enclave que, para más inri, aparece recomendado en todos los foros del sector.
«Esto se ha desmadrado y este año ha sido la prueba evidente... ha habido días en los que he llegado a contar más de 100 vehículos», se queja Monzón, quien ha trasladado su preocupación al actual equipo de Gobierno a fin de que Logroño, lo antes posible y dadas las circunstancias, regule las condiciones en las que se puede acampar. Porque él sostiene que se acampa, y no sólo que se aparca.
La diferenciación, y he aquí una de las claves, está en que se permite aparcar, pero no acampar, lo cual no siempre se cumple. Para considerar que la autocaravana está aparcada es fundamental que las ruedas estén en contacto con el suelo y el vehículo no esté calzado.
Las normas de estacionamiento de una autocaravana o cámper son iguales que las de un turismo; es decir, pueden aparcar en los mismo sitios que los coches. Y, de la misma manera, se puede pernoctar en la misma siempre que no se superen los límites del vehículo. O lo que es igual, siempre que no se ocupe el espacio de fuera. Dicho de otro modo: no se puede desplegar el toldo, sacar mesas o sillas ni, muchos menos, dormir al lado.
La legislación final, en cualquier caso, está en manos de los ayuntamientos, y el de Logroño al respecto no tiene norma alguna. Así, la situación es que los 'caravanistas' se establecen con normalidad en Las Norias... y algunos llegan a acampar.
Monzón, en este sentido, cree que el problema se solventaría colocando la señal correspondiente para prohibir su estacionamiento o legislando como han hecho en otros lugares para impedir que suceda a al menos un kilómetro de distancia de un camping oficial. «Las Norias ha sido este verano un camping ilegal más que un parking tal y como estaba concebido», sentencia.
Desde la Administración local, preguntada por el caso en cuestión, aseguran que es un tema complejo al que se intenta buscar una solución. Mientras tanto, precisan, la Policía Local actúa. «Interviene, apercibe y, llegado el momento, sanciona», explican fuentes oficiales para recordar que, al tratarse de vehículos –no así las caravanas, que solo pueden estar en el camping–, estos pueden estacionar y aparcar como el resto.
Logroño sí que cuenta con una zona de evacuación de residuos y abastecimiento de aguas señalizada como tal en el recinto ferial. Aparece en todas las guías digitales pero, por norma general, las mismas, aconsejadas por usuarios, hablan del parking de Las Norias como el lugar más recomendable aprovechando la sombra de sus árboles y el buen estado del mismo, vaya por delante. En no pocas puede leerse que la propia Policía Local recomienda no aparcar en primera línea, cerca de las instalaciones deportivas, sino que se retrasen a las últimas, próximas a la carretera. Algo que, por otro lado, se cumple a rajatabla.
La situación es la que es y, con un camping al lado, el problema también. Por ello, el equipo de Gobierno estudia la posibilidad de crear un área para permitir la acampada de los 'caravanistas' y en esa línea llevan tiempo trabajando distintas unidades municipales. Sin embargo, y según dicen, «no será fácil». «Se están estudiando distintas posibilidades, pero la voluntad es que en este mandato se habilite una zona para que las autocaravanas y furgonetas camperizadas puedan acampar, pues somos conscientes del fenómeno y de que en otras ciudades se les han dado tales opciones», concluyen las mismas fuentes consistoriales.
Que el 'caravaning' está en auge queda claro al darse una vuelta cualquier día de verano por el aparcamiento de Las Norias. Son muchos los que llegan por la tarde-noche y se van por la mañana tras pernoctar y, mayoritariamente, valoran el espacio entre el Mundial 82 y la avenida de la Sonsierra, algo que, según dicen, no existe en todas las ciudades.
«Si se respetan las normas, lo que generalmente se hace, no tendría que haber problema», dice Alejandro, catalán de visita con su furgoneta equipada para ser su casa durante unas semanas. Experto en el asunto, pues ya viajaba así con sus padres, lo tiene claro. «Si vas bien equipado, la verdad es que no necesitas pasar por ningún camping y te ahorras unos euros», dice, aunque precisa que lo normal es ir alternando las distintas opciones «según vayas necesitando servicios».
Con lo de bien equipado, se refiere, por ejemplo, al caso de Ferrán, Ana y Pol, quienes debutan en autocaravana. Un vehículo con todas las comodidades e incluso con electricidad. «Nosotros hemos tratado de ajustarnos a las normas que leemos en cada sitio; y aquí, por ejemplo, anoche no vimos a nadie cenando fuera...», constatan.
Xavi y Cori, también de Cataluña, hacen uso del área de servicios para autocaravanas oficial, si bien tras pasar la noche en Las Norias. Todos hablan de 'Park4Night' como la aplicación que permite localizar estas áreas y lugares para acampar, y de que esta otorga a la de Las Norias la condición de sitio para prolongar la estancia. «Entendemos al camping, claro que sí... cómo no le vamos a entender», confiesan.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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