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La plaza de la Diversidad de Logroño, popularmente conocida como la Fuente de Murrieta, podría contar con un nuevo hotel en próximos años. El ... grupo inversor de la empresa riojana Industrias Clavijo ha solicitado licencia de obra para poder rehabilitar el edificio del número 2, donde se encontraba la sede del Partido Popular de La Rioja hasta 2008, cuando cambió a Duquesa de la Victoria.
Según ha podido saber Diario La Rioja, se está planteando la posibilidad de hacer un hotel, aunque aún no se dispone de la licencia de obra, que se espera lograr próximamente. El 'Boletín Oficial de La Rioja' publicó ayer la solicitud de licencia conjunta ambiental y de obras y aprobación de proyecto básico para rehabilitación de edificio para hotel presentada por Industrias Clavijo, aunque esta petición es antigua y corresponde a los anteriores propietarios del edificio, que hace tres años adquirió el grupo inversor en el sector inmobiliario. Al parecer, dicha solicitud quedó pendiente y se ha solicitado de nuevo la licencia de obra, que se espera poder tener concedida para el próximo mes de octubre.
Tal y como especifica el documento del BOR que firma el alcalde de Logroño, Conrado Escobar, «Industrias Clavijo desea instalar un establecimiento destinado a rehabilitación de edificio para hotel de 4 estrellas». La solicitud se hace pública en base a la Ley de Protección del Medio Ambiente de La Rioja a fin de que quienes se consideren perjudicados puedan presentar reclamaciones. La sociedad matriz, Industrias Clavijo, se dedica a la exportación de toda clase mercancías y pertenece a una familia dedicada a la industria agroalimentaria y las placas solares.
El hotel ya cuenta con proyecto de rehabilitación, firmado por Jesús Ángel Duque, sobre una superficie de unos 5.000 metros cuadrados. El edificio, construido en 1928 y uno de los más emblemáticos del arquitecto Quintín Bello (Logroño, 1873-1932), cuenta con planta semisótano, baja, seis alzadas, ático y bajocubierta. Dedicado a viviendas desde hace años, lleva tiempo deshabitado. El estudio de arquitectura encargado del diseño de la rehabilitación, Jad Arquitectos, es el mismo que el del castillo de Davalillo de San Asensio, del centro logístico de CVNE en Haro o del Edificio Vives y la cuarta fase del Centro Científico Tecnológico de la Universidad de La Rioja, en Logroño, entre otros.
En la propia web del grupo inversión de Industrias Clavijo se dan detalles del proyecto hotelero y se destaca que el edificio está «estratégicamente ubicado en el corazón de la capital riojana, frente a la emblemática Fuente Murrieta», a 200 metros de la Gran Vía, 72 de la principal calle del casco antiguo, Portales, y 180 de La Laurel, núcleo gastronómico de la ciudad. Además, se detalla que el hotel tendrá 100 habitaciones dobles, con amplias zonas comunes como recepción, comedores y salones de usos múltiples, así como estacionamiento en planta sótano del edificio. No obstante, también se baraja la posibilidad de darle un uso residencial, construyendo diez viviendas de 280 metros cuadrados cada una, con cuatro áticos de amplias terrazas y vistas espectaculares, locales exclusivos de 500 metros cuadrados y 16 plazas de garaje en sótano.
El casi centenario edificio, destacan, «no está sujeto a ningún régimen de división horizontal y en estos momentos se encuentra vacío y sin uso o actividad». «Tiene derecho de paso reconocido, a través de la rampa de garaje de la finca situada al sur, en la calle Saturnino Ulargui» y presenta «buen estado general, aunque está permitida su demolición y reconstrucción».
El grupo inversor de Industrias Clavijo se publicita como una entidad nacida en 2020 con «la habilidad y experiencia para detectar oportunidades atractivas en todo tipo de fincas, edificaciones y terrenos a nivel nacional», y el objetivo de «generar rentabilidad óptima mediante una cuidadosa planificación de cada proyecto y la excelencia en cuanto a ejecución y cumplimiento de los plazos asignados, poniendo énfasis en la creación de valor en todas y cada una de las operaciones en las que participamos».
La también conocida como 'Casa Trevijano', de quien fue arquitecto municipal de Logroño, al ser construida en 1928 supuso la primera casa con ascensor de la capital riojana. Quintín Bello dejó su sello personal en la ciudad, sobre todo, en el casco antiguo, como la fachada de la sombrerería Dulín, el teatro Moderno y el número 7 de la plaza Martínez Zaporta, donde originalmente se situó Diario La Rioja. Pero también en lo que a principios del siglo XX eran las afuera de la ciudad, como lo que iba a ser la desaparecida Casa del Cuento, en el parque Gallarza, concebida en origen, en 1914, como casa de campo de la familia Herreros de Tejada. Quintín Bello, al igual que Amós Salvador, Gonzalo Cadarso o Fermín Álamo, es uno de los arquitectos emblemáticos que han dado forma al Logroño antiguo, autores de los diseños de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
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