Murales para tapar y evitar más pintadas

La plaga de pintadas que padece Logroño, y que se ha extendido desde el centro al resto de la ciudad, se deja notar, y con fuerza, en la confluencia de las calles Vara de Rey con Duques de Nájera y Miguel Delibes, una vez finalizadas las obras. Incluso antes, pues pintadas de gran tamaño aparecieron en el nuevo puente sobre el ferrocarril en la previa a ser reabierto y que hoy siguen pendientes de limpiar (aunque ahora se espera hacerlo).

Así, el espray que pintarrajea la capital de La Rioja no ha tardado en llegar a las calles de los solares de próxima enajenación, en los cuales se proyectan dos diferentes bloques de viviendas enmarcados en el PERI del soterramiento. Lo que ha llevado al gobierno local a pensar en posibles soluciones (dado que no hay fecha para el desarrollo de las futuras construcciones), como poco en las partes más visibles desde la futura zona verde a fin de embellecerlas.

Soluciones que pasan por pintar murales, de diferente temática, dado que se considera una fórmula ya probada para mantener escaparates y otras fachadas libres de 'garabatos'. Bien es verdad que nada garantiza que estos trabajos eviten futuros actos vandálicos, pero, evidentemente, ayudan (o pueden ayudar). Dicen los que saben que existe una especie de ley no escrita entre 'grafiteros' de no estropear las obras de otros.

Así pues, el Consistorio capitalino cree que lo de pintar para evitar vandalismo puede devolver normalidad a una zona que no para de acumular pintura, mejorando una imagen que actualmente presenta su peor cara justo en la fachada lateral del propio edificio Patricia, donde lo vandalizado durante años ha quedado a la luz al despejar la zona con la reurbanización. La elaboración de ambos murales en el cruce, en cualquier caso, empezó ayer mismo... y les seguirá el adecentamiento de los desperfectos que presenta el conjunto.

Los diseños aprobados, de hecho, son a los que ya dan forma el dúo 'Marayach', de las logroñesas Irene Pérez Llach y Sara Martínez Maiso, quienes han puesto firma a otros trabajos similares por la ciudad. Así, el primero, y que ya deja ver sus primeros trazos en el vallado del solar del norte, se trata de una propuesta que pretende plasmar la esencia de La Rioja. «La historia, la cultura, el paisaje, los monumentos y puntos de interés se entremezclan en una dinámica sucesión que representa la bandera de la comunidad (roja, blanca, verde y amarilla)», explican las autoras, que estarán en la zona entre cinco o seis semanas.

El segundo, ya integrado en el parque aunque en la parte del vallado que aún debe ser colocado, dará protagonismo a la naturaleza. «Optamos por un plano cenital que captura el río Ebro y sus coloridos campos vistos a través de los ojos de la cigüeña y las golondrinas, aves migratorias emblemáticas y representativas de la ciudad».

Respecto a utilizar el arte para evitar el vandalismo, ambas sentencian que «por nuestra experiencia personal en los otros murales que hemos pintado, se han respetado durante años, y esperamos que con éste se conserve tal dinámica». Ese es su deseo y así dejan constancia del mismo a través de Diario LA RIOJA.