Noches de desenfreno... y mañanas de suciedad, mucha suciedad. El parque del Ebro ha amanecido este viernes en un estado que, claramente, deja mucho que desear. Jóvenes y no tan jóvenes celebraron ayer la fiesta de Halloween. Disfraces, calabazas, sangre, ideas originales y muchas risas. ... Sin embargo, nadie consiguió dar más miedo que la estampa que presenta el Ebro. Una pena.
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