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El incremento de la actividad hostelera es imparable en Portales. Actualmente, en una calle de apenas 600 metros, conviven 25 establecimientos y otros están preparando su aterrizaje en breve. La mayoría está tomando el relevo al cierre de negocios con una larga tradición, pero que ... no han encontrado relevo generacional. Así, mientras bares, gastrobares y modernos restaurantes y cafeterías irrumpen con fuerza, cada vez queda menos de la esencia de la que fue la gran calle comercial del Logroño tradicional, que llegó a conocerse popularmente como 'El Corte Inglés en horizontal', sencillamente «porque había de todo». Los más de 400 establecimientos diferentes que llegaron a ubicarse en esta arteria y calles adyacentes surtieron durante años a los logroñeses y también a los que venían de fuera, sin necesidad de moverse de zona.
Lo recuerda bien Víctor Mendoza, de Joyería Mendoza, especialmente nostálgico estos días cuando acaba de colgar en su centenaria joyería el cartel que anuncia liquidaciones por jubilación. 'Joyería Mendoza' se creó en 1975 tomando el relevo de joyería Viuda Faci, fundada en 1922. Muchos años respaldan a uno de los negocios con más solera de Portales, pero, que siguiendo el signo de los tiempos, no ha encontrado relevo familiar, por lo que la salida que le quedaba era una: «El traspaso lo ha cogido un restaurante», anuncia.«Yo aquí he llegado a ver 4 ó 5 farmacias abiertas a la vez, 5 ó 6 ferreterías..., las podía hasta enumerar. Claro que hablo de cuando era joven, cuando yo tenía hasta 10 trabajadores conmigo y las grandes superficies no habían llegado...».
Desde la FER, su secretario de Comercio, David Ruiz, también hace referencia a un pasado no tan lejano en el que había cinco librerías y unas cuantas joyerías. Para él, la hostelería ha llegado «como un auténtico tsunami», un fenómeno que no es exclusivo de Logroño, pero que en el caso de Portales le ha cogido con la guardia baja. Los restaurantes se han comido a las tiendas y en la batalla el pequeño comercio no ha contado con los aliados de otros tiempos. «¿Qué pasa con Correos? Yo sigo viendo andamios. Los juzgados también se fueron. Lo que nos queda es la plaza de abastos y, en mi opinión, debe ser el gran revulsivo, son tres plantas que pueden dar mucho juego. Pensemos en Vitoria...».
Aunque cada vez son menos, el comercio textil, con 17 tiendas del casi centenar de negocios en funcionamiento, es la segunda actividad más importante. Últimamente han llegado nuevos inquilinos especializados en diseños juveniles nuevas tendencias. Pero entre ellos subsisten negocios como Sombrerería Dulín, que después de 121 años sigue abriendo cada día sus puertas, pese al imparable crecimiento de la hostelería. Renovarse o morir. Ese fue su dilema. Lo tuvieron claro y en las actualidad han cubierto sus expectativas. «Sigue viniendo la clientela fija de toda la vida, pero también gente joven que busca un producto diferenciado. Valoran lo diferente y, cuando les explicamos que los muebles son del año en que se hundió el Titánic, alucinan y les encanta», señala la encargada de la tienda Elena Carrascosa, que no ve en la hostelería ninguna amenaza.
Que los clientes que llegan a Portales buscan la singularidad lo sabe también Yolanda Plaza, a punto de jubilarse después de 32 años al frente de regalos Gala. «Casi todos los clientes que vienen de fuera me preguntan por tiendas de aquí, fuera de las grandes marcas, y me da rabia no poder decirles muchas». En su caso se muestra crítica con el relevo de negocios. «Se está quedando todo en bares y bazares, cuando aquí hemos tenido las mejores joyerías, zapaterías... Las mujeres iban a la plaza, luego a Portales y luego los maridos les esperaban en la esquina del Tívoli a coger las bolsas. Eran otros tiempos...», comenta esta comerciante, en primer plano en la imagen de la derecha, cuando los comerciantes se opusieron a la instalación de arquetas para los encierros.
Uno de los últimos establecimientos hoteleros en abrir en Portales es el restaurante y bar de tapas 'Al Toque'. Lo regenta Miguel Nalda, junto a su socio Óscar, los dos llevan «toda la vida» dedicándose a este sector con negocios abiertos en otra zonas de la ciudad. Saben que conseguir el éxito no es tarea fácil, pero la apuesta es Portales puede suponer un gran empujón. Aun con todo no es tan fácil como parece y ya advierten del riesgo de saturación de bares, restaurantes y cafeterías que empieza a haber. «Está claro que cada vez hay más competencia. A esto hay que añadir que el público cada vez es más exigente. Pero nosotros no nos podemos quejar, se trabaja bien», relata.
Desde fuera podría parecer que cualquiera puede montar un negocio hostelero y abrir un bar, pero la realidad no es tan fácil como parece, sobre todo teniendo en cuenta que Portales es la segunda calle más cara de Logroño. Según Óscar Martínez Solozábal, de Inmobiliaria Iregua, «el metro cuadrado para usos comerciales en este calle cuesta de media 2.000 euros; en San Antón son 6.000 y allí sí que no quedan locales».
Pero, ¿cómo se compatibiliza el ocio y la diversión con el descanso y la convivencia? Maribel Zaldívar, del Foro del Casco Antiguo, responde: «Difícilmente». Y añade: «La hostelería no es lo fundamental para revitalizar el casco. No vamos contra los bares ni los apartamentos turísticos, que cada vez son más, pero es evidente que esta zona está saturada mientras que apenas se hace nada por el comercio de proximidad y por crear viviendas sociales. Si no mejoran las dotaciones de barrio, difícilmente se va a atraer vecinos».
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