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Una llamada al Teléfono del Lector de Diario LA RIOJA criticando las dificultades para pedir un taxi un domingo con Logroño 'cortado' por una prueba deportiva, y sin autobuses, llevó a Sergio Ranero, como representante de los taxistas que es, a alzar la voz. El ... nuevo presidente de Atrio y de Unitaxi, que diferencia el servicio público que prestan y la empresa privada que gestiona el 'radiotaxi' en la ciudad (al que pertenecen 89 de los 95), da la cara en plena ola de críticas dejando claro que ni son los únicos responsables ni todas son justas.
– ¿Qué está pasando con el servicio de taxi en Logroño que parece que todo son quejas?
– Tras el covid asistimos a una nueva forma de movernos; de entrada, por la seguridad que proporcionaba el servicio de taxi frente al autobús (hemos hecho hasta ambulancia). A ello se ha unido el crecimiento del turismo de interior, de inicio por las propias restricciones del coronavirus. Y el resultado ha sido un mayor volumen de movimientos locales, de lo que nadie parece ser consciente.
– ¿Me está diciendo que hay más trabajo que antes?
– El trabajo se ha multiplicado exageradamente. Y esa manera de desplazarnos, además, se ha normalizado no solo en lo que es la ciudad, sino en sus alrededores (Logroño se ha convertido en un destino muy apetecible, no hay suficiente alojamiento, y nos estamos teniendo que desplazar fuera pues los visitantes, y esto no se ha dicho, están buscando alternativas en los pueblos por la subida de precios en la capital), y se nos achaca que es un problema de carencia de licencias...
– ¿Y no es un problema de número de licencias?
– Creo que no, la carencia nocturna, desde luego que no; la diurna, que solo se da en momentos muy puntuales, puede, pero muy leve. Claro que hay taxis que definen el horario de su jornada y eso puede complicar ciertas horas, como cuando por la noche llegan los viajeros desde Madrid tanto por avión como por tren y por autobús.
– Bueno, aparte de en momentos puntuales, hay críticas sobre las dificultades de encontrar un taxi en ciertas paradas.
– Yo invito a cualquiera a que me diga de lunes a viernes de las ocho de la mañana a las doce del mediodía si no ven nunca un taxi en El Espolón, Murrieta, La Paz, Pío XII, la intermodal o el San Pedro. Los demás días y horas, ya podemos entrar a valorar todo tipo de circunstancias.
– ¿Servirán las 15 nuevas licencias anunciadas para solucionar la actual situación?
– Personalmente, estoy abierto a tal ampliación. Aunque también sostengo que no va a evitar el problema nocturno. Nuestro deseo es que se liciten todas, pero que nadie se lleve a engaño, las mismas solamente taparán el problema tres o cuatro semanas, porque ese servicio tiene una losa muy pesada, muy desconocida.
– ¿Y cuál es esa losa tan pesada y tan desconocida? Creo que me citará la inseguridad, y usted habrá leído como yo lo de que esto no es Madrid ni Barcelona...
– Tengo marcado ese comentario, y creo que viene desde la ignorancia y, además, motivada. Todas las ciudades tienen sus peligros, y eso no quiere decir que salgas a trabajar por la noche y te apunten con una pistola. Hablamos de un taxista apalizado un domingo a las tres de la tarde frente a la Delegación o de otro que tras llegar a Bilbao le ponen un arma blanca en el cuello y le roban lo del viaje y la caja.
– ¿Se sienten indefensos?
– La inseguridad, total, está ahí, incluso en las paradas, porque existen momentos en los que hay conflicto hasta a la hora de coger un taxi. Y no todo el mundo está dispuesto a soportar golpes en el coche, llamándote de todo y maldiciendo a tu familia.
– No serán ajenos al comentario de que por la noche no quieren trabajar, que como ya les va bien durante el día...
– No es que 'como ya te va bien durante el día'..., es que simplemente el taxista ya no quiere salir porque, sabiendo lo que pasa, a cualquiera nos ha dicho la familia que no salgamos más por la noche para evitar este tipo de incidentes y así, evidentemente, se pierden unidades. No es algo exclusivo de ahora. Y es que, seamos claros, o estás muy acostumbrado a la noche, o contemplas el jugarte muchas veces el físico.
– La actualización de la ordenanza del taxi, entre otras cosas, aspira a establecer unos servicios mínimos, o eso se ha insinuado. ¿En qué punto se encuentra?
– El Ayuntamiento está trabajando en su borrador y nosotros estamos trabajando en nuestra propia idea... estamos hablando. Se pueden establecer unos mínimos, sí, pero a la hora de abordar la noche hay que tener en cuenta lo dicho. Hay mucho que cambiar en la normativa, pero somos autónomos y no podemos aceptar todo lo que nos venga. Una ordenanza te puede dar más margen de maniobra en ese sentido, pero ahora mismo, llegado el caso, ya diferenciamos entre servicios urgentes, importantes y corrientes.
– Pero, ¿se sabe qué número de taxis hay un sábado por la noche?
– Recién salidos de la pandemia, te diría que alrededor de los 50 o 55; a día de hoy, bastantes menos. El problema es que un taxista no está para llegar a una parada, presenciar una discusión, mediar, etc., no somos policías. Me gustaría que nos acompañasen para ver lo que nos dicen, lo que nos vacilan, lo que aguantamos...
– ¿Entienden todas las críticas?
– Honestamente, reconozco algunas, pero otras no las aceptamos. No voy a mentir a nadie: que en ocasiones estamos pocos, pues sí; que a veces tardamos, pues también; pero no somos los únicos responsables. Tenemos que mejorar como cualquier otro servicio, pero no somos tan nefastos como quieren hacer ver.
– ¿Ayudaría la entrada a una ciudad como Logroño de las VTC como pasa en Madrid o en Barcelona?
– La pregunta, al respecto, es qué quiere el Ayuntamiento. ¿Nos queremos parecer a Madrid o Barcelona? No podemos ni debemos. ¿Nos queremos parecer a Vitoria? Debemos y podemos, y es una ciudad a la cual las VTC no entran y tiene el servicio muy bien cubierto con sus taxis. Pero aquí ya nos salimos del tema de la noche (con los mismos problemas y carencias en ciudades del entorno, y con las mismas esperas, que es donde se concentran las quejas), para pasar al del día, que es precisamente donde contamos con el agrado del cliente (pero estos no llaman al Teléfono del Lector).
– ¿Cree que muchos ven equivocadamente a los vehículos de transporte con conductor como la panacea?
– Evidentemente, nosotros no compartimos ese modelo. No estamos a favor de un Cabify, un Uber o un Bolt al uso; es más, no son la panacea como algunos equivocadamente creen. Ellos trabajan a demanda, buscan la rentabilidad, y si nuestra tarifa, oficial, por llevarte a Navarrete ronda los 23 o 24 euros, ellos podrían cobrarte 50-60 tranquilamente.
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