Las máquinas entran en las huertas ilegales del Camino Viejo de Lardero

Las palas de las excavadoras han empezado a poner fin a las huertas ilegales del tramo final del Camino Viejo de Lardero. Su proliferación ha sido tal, sobre todo tras la pandemia, que era cuestión de tiempo que se tomasen cartas en el asunto. Y lo cierto es que tras las primeras advertencias ha sido más temprano que tarde.

«Estaba claro, y no será porque no se lo hemos dicho», lamentan los 'hortelanos' más viejos del lugar consciente de que la situación «se había desbordado». «No sabemos cuáles desaparecerán, pero los operarios nos dicen que la orden es llegar casi hasta el final y despejar, como poco, la franja más próxima a la carretera», precisaba quien retiraba un depósito de agua, «teniendo en cuenta que mañana seguramente esté todo arrasado».

Se da la circunstancia de que la ocupación de terrenos, pertenecientes al plan parcial de Ramblasque y, por tanto, pendientes de urbanización, no cuenta con autorización como tal; y que, dadas las dimensiones que ha ido adquiriendo y las características de cerramientos y casetas, ya era visto como un verdadero problema. Y grave. Así, los propietarios, aprovechando el desbroce de cara al verano, han dado cumplimiento a los requerimientos para evitar posibles riesgos.

Un camión, de hecho, iniciaba su primer viaje repleto con los restos retirados únicamente de la primera 'parcela' delimitada, lo que daba una idea del trabajo que les espera para devolverlo todo a su estado anterior, justo lo exigido por las autoridades competentes.

«Hay montones de maderas recicladas», precisan (de hecho, la rápida combustión de los diversos materiales empleados que pueden resultar inflamables, siendo los palés de el principal elemento de 'construcción', es visto como uno de los principales peligros).

La situación, en cualquier caso, no era nueva, y es que tal ocupación ha venido siendo un hecho «aparentemente consentido» a lo largo de los años pese a que «mayoritariamente no tienen permiso» por parte de los dueños. Así lo recogía el informe emitido por la Policía Local con el que el Consistorio capitalino buscaba una respuesta debido a los potenciales riesgos por la acumulación de materiales de desecho susceptibles de producir incendios en los límites entre Logroño y Lardero, y con la N-111 y el acceso desde la AP-68 justo al lado.

Ya entonces, uno de los propietarios del suelo, urbanizable delimitado y a la espera de convertirse en residencial, puesto en contacto con este medio de comunicación, precisó que durante una reciente visita a la zona explicó a los 'nuevos' que no hay problema con el uso provisional de huerto, pero sin más, pues Demarcación de Carreteras del Estado en La Rioja ya había alertado de la presencia de chabolas pegadas justo a la red viaria del entorno.

«Las tienen que retirar», advirtió. No lo han hecho, y aprovechando que las máquinas tenían que ejecutar el desbroce de cada temporada a fin de prevenir incendios en la zona más próxima a las viviendas...

Ello, eso sí, después de que la 'multipropiedad', pues son varios dueños, denunciase la ocupación ante la Policía Local y la Guardia Civil. Motivada, entre otras, por el requerimiento de la citada Demarcación, fechado el 24 de marzo, para la retirada de los elementos construidos en la «zona de influencia de la N-111». La ley establece una franja de 50 metros de seguridad, determinando además la autorización expresa para cualquier tipo de instalación.