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La preocupación tiene que ver con el regadío porque el agua de boca está garantizada en Logroño, decía este martes el concejal de Desarrollo Urbano, Jaime Caballero, quien se reunió, junto al edil de Medio Ambiente, José Manuel Zúñiga, con el consejero de Sostenibilidad, ... Álex Dorado.
Los responsables locales se encontraron después también con los integrantes de la comunidad de regantes de la que el Consistorio de la capital forma parte como un usuario más.
Si la administración local ha adoptado numerosas medidas para lograr el uso eficiente del agua, «esa eficiencia es la que pedimos a la comunidad agrícola para que mejore los sistemas de riego» con las subvenciones que facilita la Comunidad, señaló Caballero, quien, a la vez, pidió solidaridad a los vecinos para que también ellos hagan un uso eficiente «y se pueda reservar agua para la comunidad agrícola y que mantengan sus cosechas».
Entre las acciones concretas aplicadas por la capital, José Manuel Zúñiga mencionó que se han espaciado los riegos del césped y que se usa un sistema inteligente que calcula los riegos en función de la humedad que se detecta en el suelo. Además, la ciudad dispone de un mecanismo de detección de fugas, si bien las que se dan son mínimas, citó Zúñiga.
Las válvulas reguladoras para la conducción del agua también se sustituyeron hace una temporada y se trabaja en concienciación ambiental, contó, para recordar que el agua de riego no es de boca, sino de pozos, de recuperación del Ebro o de la línea de fangos de la potabilizadora.
Entre las sugerencias ciudadanas que han llegado, se encuentra la reducción de los baldeos que se aplica desde ayer, pero solo se llevará a cabo donde sea posible porque pueden entrar las máquinas limpiadoras, y no se adoptará esta medida donde no sea posible otro tipo de limpieza ni en el centro histórico los fines de semana.
El consejero de Sostenibilidad, por su parte, recordó que sólo el 12% de los recursos hídricos se usan en el abastecimiento de agua y que el cauce ecológico y el abastecimiento están garantizados y solo los usos agrícolas están comprometidos en estos momentos.
Es la Confederación Hidrográfica del Ebro la que decide si se pasa de una fase a otra. La actual es de normalidad excepto en el caso del Bajo Iregua, que están en alerta. Solo si se alcanzara la fase de emergencia, una situación que no está próxima, se tomarían medidas respecto a la racionalización de los usos. «Aún no está sobre la mesa», indicó.
Álex Dorado valoró las medidas adoptadas por el Ayuntamiento y explicó que, en esta situación de sequía persistente, «por responsabilidad, hay que concienciar a toda la ciudadanía para que adopte un uso responsable del agua».
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