Logroño declara inicialmente la «protección acústica especial» del Casco Antiguo y de 'La Zona'

Una abstención que ha motivado la respuesta del alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, advirtiéndoles de que, pese al «difícil problema» (en referencia a las posiciones de hosteleros y vecinos, unos en pro de la actividad económica y otros de su derecho al descanso, situación que lleva generando no poco enfrentamiento desde hace años), «este equipo de Gobierno también aquí tomará decisiones en defensa del interés general».

«Pueden existir convivencia sin acuerdo, sí, y este tema afecta directamente a la convivencia, con bares y terrazas defendiendo legítimamente lo suyo, sí, pero con los vecinos y vecinas reiterando su malestar y su preocupación por el excesivo ruido, entre otras molestias, que sufren en determinadas zonas, como además han puesto de manifiesto las mediciones realizadas el año pasado», ha explicado Hermoso de Mendoza.

Las solicitudes generales de la oposición de «contar con todos los implicados» antes de ponerse manos a la obra y las declaraciones particulares del concejal popular Josu Ahedo achacando al 'tripartito' cierto interés electoralista y, sobre todo, acusándoles de «señalar directamente a la hostelería con la importancia que tiene para nuestra ciudad», han provocado la reacción inmediata del primer edil. «Decirnos que salgamos a las dos de la mañana de tomar una copa y hablemos bajito, tal y como nos ha dicho usted, es un análisis demasiado simplista», ha espetado.

«La escucha es permanente con todos los sectores, pero hay que tomar una decisión, habrá que abordar qué días son realmente especiales, los horarios necesarios, los espacios de terrazas... Vamos a afrontar de frente toda esa problemática», ha concluido después de que desde el PP se precisase que «en el problema del ruido tenemos que participar todos, la sensibilidad ciudadana es fundamental, pero limitar actividades, revisar horarios y número de días especiales, eso es señalar a la hostelería» (aparte de apuntar a que «hay problema con la seguridad, falta vigilancia», en alusión al conflicto con la Policía Local).

La aprobación en cuestión en sí no deja de ser de momento un paso, el primero e inicial, pero sin el cual no es ni tan siquiera posible pensar en que alguna vez al problema del ruido del ocio nocturno en la ciudad se le pueda dar una solución. El visto bueno inicial a la declaración de zonas de protección acústica especial (ZPAE) con el objetivo de atender al cumplimiento de la normativa vigente tras años sin hacerlo no deja de ser eso, el trámite inicial.

La propuesta de la Administración local se basa en la asistencia técnica contratada para ello, que ha planteado la definición de dos áreas de 'marcha' como las más «contaminadas», una que abarca la mayor parte del Centro Histórico con extensión a la zona de discotecas de Duquesa de la Victoria, Siervas de Jesús y Saturnino Ulargui -quedaría fuera avenida de Navarra-; y otra que comprende la calle Vitoria junto a un tramo de las calles Labradores y Fundición.

Así lo dio a conocer a finales de este año el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero, quien recordó que desde el ejercicio pasado el Consistorio capitalino se haya inmerso en la revisión del mapa estratégico de ruidos del año 2017, la revisión de zonificación en áreas acústicas y la aprobación de la revisión del mapa estratégico de ruidos del año 2022 a fin de ponerse al día en la materia.

«Los datos de partida para comenzar este estudio fueron las quejas y denuncias registradas por ruidos, que una vez georreferenciados, mostraban un mapa aproximado de zonas para determinar las áreas donde realizar las mediciones necesarias», explicó Caballero.

Mediciones que, a la postre, mostraron un resultado claro: «Podemos concluir que en las zonas de estudio se incumplen los objetivos de calidad acústica en los tres periodos del día. Principalmente por la tarde y, especialmente, por la noche en las zonas donde existen establecimientos de restauración y donde existen establecimientos con horario especial». Y de ahí las dos ZPAE, que deberán ser debidamente aprobadas, y hasta seis líneas de actuación de cara al futuro, que deberán ser consensuadas a posteriori.

Y es que, atendiendo a la ordenanza municipal, se plantea un plan de acción «para lograr un equilibrio entre el descanso de las personas residentes, las actividades comerciales y las de ocio». Y todo ello, según se ha vuelto a precisar, «se deberá concretar y consensuar en de la Mesa del Ruido, en la están presentes todos los grupos municipales, la Federación de Asociaciones Vecinales de La Rioja, la FER y colegios profesionales como el de arquitectos, arquitectos técnicos o ingenieros, entre otros».

Al respecto, atendiendo a la ordenanza municipal que incluye los planes zonales en su artículo 17, se plantea un plan de acción formado por seis líneas de actuación para lograr el objetivo propuesto.

Y, así, la primera línea de actuación será la sensibilización ciudadana, con la puesta en marcha de una campaña de concienciación en la que se ponga de manifiesto qué conductas no son adecuadas para ese equilibrio entre el derecho al descanso y el derecho al ocio.

La segunda línea de trabajo es la evaluación en el tiempo de la percepción de la problemática en el vecindario, la hostelería y las personas usuarias, con la que, además, se podrían determinar cuáles son las fuentes de ruido más molestas y los principales efectos que estas fuentes producen. Para ello se un sistema de estaciones de monitorización ambiental.

En tercer lugar, el control en los establecimientos y actividades, que incluye la posibilidad de limitar la ampliación de actividades que pudieran aumentar los niveles acústicos, la revisión de horarios de terrazas y veladores, entre otros aspectos.

La cuarta línea de actuación sería potenciar las medidas dirigidas a la vigilancia, control y seguimiento del cumplimiento de la normativa en el ámbito de actuación de las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE).

La quinta supondría la reactivación de la Mesa del Ruido con reuniones periódicas para determinar las medidas que se han de implementar y ajustarlas en función del seguimiento de los resultados obtenidos.

Y, finalmente, la sexta línea de actuación incluye el aislamiento acústico de las viviendas.

«Todas estas medidas serán consensuadas y dimensionadas en la Mesa del Ruido por sus miembros, pues no es una decisión municipal», se ha vuelto a recordar hoy.