Librería-ferretería Francia

El adiós a un clásico de los libros... y de los tornillos

Hace casi cuarenta años, una mujer llamada Manuela fue la primera en comprar en la librería y ferretería Francia, de Logroño. «Era una vecina de un portal de al lado, no me acuerdo de lo que se llevó aquel día, pero ha sido clienta hasta que falleció», relata Jesús quien, junto a su hermana, decidió poner en marcha ese negocio que ahora llega al final de su recorrido por la jubilación del dueño.

La tienda, situada junto a la biblioteca Rafael Azcona, llama la atención por su concepto. Librería, sí. Ferretería, también. El cliente entra por la puerta y se encuentra en medio de dos mundos diferentes separados por una línea imaginaria. A un lado, libros, cuadernos, pegamento, lapiceros, bolígrafos y todo lo necesario para afrontar la tan próxima vuelta a las aulas. Al otro, cuchillos, alicates, tenazas, tornillos... el paraíso de los manitas. ¿Por qué unir esos dos mundos en uno solo? Jesús Francia responde. «Porque cuando empezamos en la zona no había prácticamente ningún comercio y, de los que había, ninguno era ni una librería ni una ferretería», relata.

Para qué elegir si ambas ofertas podían convivir perfectamente, tal y como se ha demostrado durante la longeva historia de un establecimiento que echará el candado en una fecha aún sin especificar. «Seguramente sea a finales de septiembre y, si no, en octubre», expone Jesús Francia, quien reconoce que le apena cerrar. «He pasado toda una vida aquí, he conocido a muchísima gente, bastantes de ellos ya han desaparecido, y echas la mirada atrás y, desde luego, da un poco de pena», explica. Un sentimiento que comparte con sus clientes. «Me lo dicen mucho, pero yo les respondo que no voy a estar hasta los noventa años atendiendo», sentencia.

El de Francia es un ejemplo de los negocios de antes. De esas tiendas de barrio que, cada vez con más frecuencia, van desapareciendo de las calles de ciudades como Logroño. «Nos llevan a esto:si la gente se dedica a ir a las grandes superficies y a a comprar en internet, es lógico que desaparezcamos», relata el dueño del negocio. «Pero es algo normal, el tiempo pasa, las cosas cambian y contra eso no puedes hacer nada», añade.

Porque más allá de una tienda que vende libros y tornillos, Francia forma parte de la historia de un barrio. «Y eso es lo que me llevo; aquí, sobre todo al principio, nos conocíamos todos», recuerda Jesús, quien busca ahora dueño para el local que va a dejar libre en la calle Ruperto Gómez de Segura, del que es propietario. «Me gustaría venderlo o alquilarlo, quien esté interesado que venga y me pregunte», expone. «Y si pudieran seguir con esto, mejor que mejor», destaca. Libros y tornillos buscan un nuevo vendedor.

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