«Lejos de ser desproporcionada, la sede de Bosonit generará una escala humana»

«Lo que nuestra propuesta arquitectónica pretende es, precisamente, adecuarse al lugar donde se ubica intentando crear un edificio lo más horizontal posible», explicó despejando cualquier duda al respecto. «Para ello –siguió detallando– el criterio es controlar las alturas en la parte interior de la zona, hacia la iglesia (Palacio), y a partir de ahí subir paulatinamente la construcción acondicionándose a la dimensión de los edificios que están hacia el río (Hospital de La Rioja e inmuebles junto a la rotonda del Ebro)». «Todo ello, además, trabajando a un detalle muy preciso elementos naturales, cálidos y propios de ese mismo contexto donde se sitúa», apostilló. «Lejos de ser desproporcionado, el edificio será muy horizontal y generará una escala humana», resumió Kuma.

Más allá de responder a las incógnitas generadas, el arquitecto puso el acento en las singularidad del proyecto y el sello que pretende imprimirle. «La propuesta parte de entender la esencia del Casco Antiguo logroñés», indicó anticipando que la voluntad de secundar ese fin empleando «al detalle» materiales tradicionales del entorno –especialmente piedra y madera– de manera que el resultado final «respete y mejore» a un tiempo las calidades paisajísticas de su emplazamiento. «El objetivo es crear un contraste armónico entre lo nuevo y lo viejo», sintetizó sin olvidar que la sede de la tecnológica Bosonit acogerá a una cuantiosa plantilla y otra de las metas será articular «una nueva forma de trabajar», abriéndose a la vez a la complicidad del viandante que recorra su exterior.