Miércoles, 20 de noviembre 2024, 08:08
En 1900, Munilla era un municipio de casi dos mil habitantes de importante industria textil, aunque en declive. Tenía también corresponsal del diario que en sus páginas se desahogaba por la ausencia de nuevas en un pueblo «donde no ocurre nada que interese»: «Si me ocupo de las autoridades, para decir que aquí no existen; si hablo de los vecinos ha de ser para lamentar sus diferencias sin razón alguna y con la importancia de un comino; si del tiempo, el frío nos tritura y la humedad nos molesta; y para afirmar que el 'desideratum' de estos munillenses es vender muchos paños, chocolates y zapatillas. Y lejos de aplaudir, tenemos silbatos para los políticos que nos ofrecieron una carretera a Logroño y un telégrafo».
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