La inseguridad que vació la casa

La historia de los caseros de Doce Ligero 18, un edificio muy próximo a la Casa Consistorial, se complicó tras la muerte del dueño de los dos primeros y «empezamos a tener problemas de okupas en el edificio», cuenta otro de los propietarios. La situación se fue deteriorando, hasta el punto de que «todos los propietarios de la comunidad fueron abandonando sus viviendas por la inseguridad que se vivía en el edificio». Y ello, pese a que algunos seguían pagando sus hipotecas.

Quien nos refiere esta situación tiene su piso, a estas alturas, completamente diáfano. Le han roto las cerraduras en muchas ocasiones y le han robado todo del interior de la vivienda. Acompaña sus afirmaciones con una denuncia presentada, en este caso, en marzo del 2018, y en la que cuenta en la comisaría de la Policía Nacional que le han quitado cuatro radiadores de calefacción y la instalación de los tubos de fontanería. Se le han llevado radiadores, caldera, tubos, cables de la electricidad, taza del váter, cabina de ducha... y hasta las ventanas de toda la casa. Y, sí, alguna vez se ha encontrado a alguien durmiendo dentro. También algún otro vecino.

«La situación actual del edificio es insostenible», de manera que cada vez que un propietario quiere acceder a su piso lo hace con la Policía.

El suministro eléctrico es sistemáticamente puenteado, indica. Cada cierto tiempo, personal de la empresa suministradora acude a arreglar los puentes y, a las pocas horas, los vuelven a hacer. La última situación de riesgo sucedió el domingo, día 10. La alarma de uno de los dueños saltó. Habían roto los tubos de la general del agua, relata nuestra fuente, pero al entrar al edificio, junto a la policía, claro, se pudo comprobar que había una fuga de gas y los técnicos tuvieron que cortar el suministro a los edificios números 14, 16 y 18. Se restableció a el suministro en los números 14 y 16 «ya que nuestro edificio, el 18, seguía presentando riesgos», refiere, aportando los números de todas estas incidencias.

La puerta del portal se ha reparado muchas veces, tanto el bombín como el cristal, «sin que ninguna de esas reparaciones hayan surtido ningún efecto», indica el propietario, quien calcula en al menos veinte veces han tenido que intervenir Policía Local y Nacional en los últimos seis meses. «Ahora hay un juicio pendiente por el acceso de nuevo a una vivienda. La propiedad del piso ha ratificado la denuncia hace unos días», cuenta.

Los dueños de los pisos han hablado con todas las instancias administrativas a las que han podido acceder y también con algún grupo parlamentario buscando soluciones. ¿Qué más pasa ahora? Un reciente informe del Ayuntamiento señala que un técnico municipal giró visita al edificio a petición de uno de los dueños, «alarmado por el deterioro del inmueble y los continuos actos de vandalismo».

El documento recoge la identificación de los daños, que incluyen la puerta sin bombín, los contadores puenteados, una de las paredes de la escalera con cierto desplome, una puerta abierta en un segundo y un butrón entre viviendas, puertas abiertas en los cuartos con «abundantes destrozos»... Y también señala que la Inspección Técnica de Edificios resultó desfavorable en apartados que afectan a la estructura, la fachada, la cubierta o instalaciones. Por fin, se determinó requerir a los propietarios para que en dos días adoptasen medidas que permitieran que la puerta de entrada estuviera cerrada -de ahí el cerrajero junto a la Policía-, y se les recordó que, hasta que se subsanen las deficiencias, deberán velar por la seguridad del inmueble. «Demoledor», dice.