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Daniel Maniu, junto a la maqueta de la futura iglesia ortodoxa que se construirá en Fardachón. Justo Rodríguez
La iglesia rumana se acerca a Fardachón

La iglesia rumana se acerca a Fardachón

El futuro templo ortodoxo de la calle Daroca ya cuenta con el permiso de obra tras subsanar las deficiencias técnicas

Nuria Alonso

Logroño

Martes, 22 de abril 2025, 10:26

Siguiente paso adelante para la iglesia ortodoxa que la comunidad rumana de Logroño espera instalar en el sector de Fardachón, en una parcela de 760 metros cuadrados en la calle Daroca, lindando con Sojuela y Sorzano. Son varios, desde 2017, los años que llevan aguardando los fieles de la parroquia de la Santísima Trinidad para ver concluida la obra de su iglesia ortodoxa, cuya construcción se ha visto pospuesta en varias ocasiones. La última, porque el proyecto no cumplía las especificaciones técnicas y tuvo que someterse a ligeras modificaciones para amoldarse a las normativa local, según fuentes municipales.

Ahora, parece que una vez solventadas las pegas técnicas, el proyecto ha superado un trámite crucial para su avance, con la luz verde a la licencia de obras y ambiental que, datada el pasado 21 de febrero, lleva la rúbrica del titular de la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Logroño, Íñigo López-Araquistáin.

Los veinte metros que se calcula que puede alcanzar el pináculo o torre del edificio – «un elemento único que no podemos tocar», apunta el sacerdote ortodoxo Daniel Maniu– atascaba este último paso para conceder el permiso al proyecto, ya que su alzado excesivo chocaba con las limitaciones que rigen en las normas del Plan General Municipal. De hecho, el ordenamiento urbanístico limita que cualquier elemento de la cubierta quede por encima del «plano horizontal situado a 4,50 metros sobre la línea de cornisa máxima», pero también deja lugar a la excepción al señalar que, como en este caso, «en edificios de uso dotacional podrán admitirse soluciones distintas para elementos puntuales, debidamente justificados».

El sacerdote Daniel Maniu confía en recibir una subvención del Estado rumano para sufragar la construcción

Así las cosas, recabado el visto bueno de Urbanismo, la construcción del templo va despejando obstáculos. Los técnicos, porque aún queda por solventar los económicos, ya que una obra de semejante magnitud, que supera los 700.000 euros de presupuesto, escapa a la capacidad económica de la humilde parroquia que lidera desde hace dos años y medio Daniel Maniu.

Dados los antecedentes y los consecutivos retrasos en la obra, Maniu prefiere no hablar de plazos. De inicio, urge conseguir los fondos para sufragar el proyecto completo, para lo cual Maniu confía en que resulten fructíferas las negociaciones para lograr una subvención por parte del Estado rumano. Se trata de casi una costumbre de las autoridades de aquel país, ya que la iglesia ortodoxa no concentra solo el culto religioso que se le presupone, sino que también contribuye a mantener el conocimiento de las costumbres y a preservar las raíces de la cultura rumana entre los naturales residentes en el extranjero.

Recreación de cómo quedará la construcción finalizada. Justo Rodríguez

Construida íntegramente en la zona de Maramures, en la parte septentrional de Rumanía, sobre un diseño que únicamente se trabaja allí, la estructura de madera de la iglesia se fabrica por partes en el país transilvano y se engarza hasta completar el montaje completo allí. Y luego, se vuelve a desmontar para trasladarla a España, una vez esté cimentada la base que la sostenga.

De ahí que la primera parte de la obra tenga por objeto la construcción de un semisótano de hormigón. A continuación, se procederá en Rumanía al tallado de las piezas, para lo que se calcula un plazo cercano a los seis meses.

De medidas considerables, con 28 metros de largo y 8 de ancho, la futura iglesia ortodoxa sustituirá a la sede provisional que, de momento, ocupa la parroquia de la Santísima Trinidad en las antiguas instalaciones de los Salvatorianos, en el logroñés Paseo del Prior.

Así las cosas, y a la espera de que llegue el 'maná' desde Rumanía, una vez iniciados los trabajos, la parroquia tendrá, como reza la licencia municipal, un plazo máximo de doce meses para que el ansiado lugar de culto vea finalmente la luz.

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