Hosteleros del centro histórico colgarán carteles para pedir que no se beba en la calle y no se haga ruido

Las asociaciones Hostelería La Rioja, Ocio Nocturno y las de las distintas zonas hosteleras del Casco Antiguo logroñés han presentado esta campaña que llevarán a cabo por su cuenta y se han pronunciado sobre cuestiones como la recogida puerta a puerta, el ruido o el mobiliario de sus terrazas, asuntos sobre las que se han pronunciado antes vecinos de este entorno y el mismo Ayuntamiento.

El portavoz de Hostelería La Rioja, Francisco Martínez Bergés, ha defendido que «la hostelería no es el problema» y que el sector está abierto a mejoras, «las que haga falta». También ha insistido en que «ganas de colaborar no nos han faltado» y en que «siempre hemos estado proponiendo para mejorar».

Respecto a la limpieza de las calles del centro histórico, en las que se ha establecido un sistema de recogida selectiva de residuos puerta a puerta para la hostelería, los portavoces de la Plaza del Mercado y de Laurel, Manuel Hernández y Ricardo García, han señalado que fueron reticentes a la implantación de este método y que formularon propuestas de mejora, entre ellas, la adaptación de locales municipales como puntos de depósito y recogida.

Han indicado que, dada la situación de alerta 4 por terrorismo, los bolardos que cierran el paso por las calles de ese entorno impiden que la recogida pueda hacerse antes durante los fines de semana, con lo cual a las ocho de la mañana sigue la basura en la calle y no queda bien, han apuntado.

«Nos adaptamos a lo que nos dice el Ayuntamiento», han asegurado, para reconocer que, de esta forma, «los vecinos están alterados, nosotros estamos alterados...», si bien han defendido que aún está todo en proceso de adaptación.

En materia de ruido, Víctor Manuel Riera ha destacado que, de las sanciones dadas a conocer por el Consistorio, apenas dos se relacionaron con ruido en locales del Casco Antiguo. A su juicio, el problema tiene más que ver con la educación cívica y también con la existencia del botellón y tienditas que venden comida y bebida hasta altas horas.

Pablo Ochoa, de la zona de Bretón, ha contado que la mayoría de las sanciones tienen que ver con el mobiliario apilado en la calle y, en ese aspecto, ha alegado que los hosteleros se han reunido durante mucho tiempo con ayuntamientos de todo tipo y que han acordado de forma tácita que recoger los elementos de las terrazas de madrugada de octubre a mayo, cuando se produce el cierre, generaría más ruido, si bien la modificación normativa correspondiente siempre se ha dejado a un cambio que no se ha producido.

Desde la zona de San Juan, Sergio Palacios ha mantenido que «queremos poner solución a la situación» que se está viviendo porque Logroño cuenta con «muchos títulos de los que estamos orgullosos, desde primera capital gastronómica a ciudad más feliz, acogedora... conseguidos a base de esfuerzo» y «esta imagen de conflicto no favorece».

«No tenemos la culpa de todo», han dicho los portavoces, quienes han añadido que «estamos dispuestos a tomar las medidas oportunas», si bien «lo que ocurre en la calle no es problema nuestro», ha añadido Martínez Bergés, para recordar las inversiones en insonorización que hace el sector. Para él, «la presencia policial es muy importante y cuando están los agentes, la gente se comporta».

Y ha terminado apuntando que 7.500 familias viven de directamente del sector de la hostelería y 10.000 indirectamente, que «una ciudad sin hostelería es una ciudad muerta», que cuestiones como las terrazas o el ruido afectan además a otras zonas de la ciudad y que están abiertos a mejoras e interesados «en el camino positivo».