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No hay una fecha fundacional para 'La Zona', aunque esta cabalgaría entre finales de los 70 y principios de los 80. Pero sí hay nombres. ... Muchos nombres que los riojanos que ya peinan (o esconden) canas podrían recitar de carrerilla, como una alineación de fútbol.
Jorge Alacid recordaba en su blog 'Logroño en sus bares' al Robinson como pionero de una serie de pubs (la palabra también era novedosa) que, en el crecimiento urbanístico de Logroño, saltaron la Gran Vía para colonizar lo que para muchos capitalinos de antes sería el extrarradio. La discoteca Valentino de la calle Chile fue el imán para el desarrollo de locales como el Pat Garrett, Braulio el loco, Rocky, Celta, Saxo, Abraxas, Lorca o Mi Amigo (estos dos últimos mantienen sus nombres, con distintos lavados de cara y de personalidad).
Fue la época del 'boom' de 'La Zona', que nacía como territorio inexplorado, apto para nuevas experiencias en una España de la Transición ávida de cambios y en un Logroño que había dormitado durante décadas en la mortecina somnolencia de las ciudades de provincias.
Y eso se notaba en sus calles, llenas los fines de semana (viernes y sábado) durante larguísimas horas en las que aceras y calzadas se confundían (en sanmateos se llegó a restringir el acceso rodado).
La semilla estaba sembrada y, con el consabido cambio de nombres que conlleva casi todo establecimiento hostelero, esa primera generación se fue retirando para dar paso a otra, ya a finales de los 80, que comenzó a frecuentar las mismas calles pero con distintos gustos y modas. Tris Tras, Graff, Macondo, M-30, Level, Sub, PH, Planta Baja, Gasoil, Rex, Metro, Tío Tito (antes de su encarnación en bocatería) o las copas del Amalys y Gin Fizz son parte de los recuerdos (en ocasiones borrosos) de los logroñeses que superan la cincuentena.
'La Zona' mantenía el pulso y eso se notaba en el vecindario, harto de ruidos y desmadres. «Pero mira cómo beben, los chicos en 'La Zona'/pero mira cómo beben y cogen una mona./Beben y beben y vuelven a beber/los chicos en 'La Zona' hasta el amanecer», comenzaba un villancico que los vecinos 'regalaron' al alcalde para denunciar su situación en esa época.
Poco antes del cambio de siglo, otra generación, otras modas y otras músicas reinventaban las calles Fundición, Vitoria, Labradores, Chile y Lardero. Llegaban los cachis de Los Troncos, del Dalí o Quinto Pino, los mojitos del Duende, el punk-rock del Mi amigo (y sus machacaos) , seguía el Factoría, se abría el hiphop y hardcore de La Iguana, la música electrónica del Level (si sus baños hablasen...), el Dr Jekyll o la discoteca Guass... También decaían otros como el Moloko o el Master y se llenaban el Zona Cero o el Big Bang, con horario especial... Muchos nombres y muy variados estilos sujetaban a un público de tendencia joven que, con el paso del siglo, dejó de alternar Zona y Mayor para adentrarse únicamente en el Casco Antiguo.
Y 'La Zona' empezó a reinventarse, entre los que se quedaban (como el M-30, ahora recién pintado pero sin su mítico cartel), los que apostaban por algo diferente (Biribay, en 2007, en el mismo emplazamiento Pat Garrett, rebautizado después como La Enagua, Tris Tras, Eagle o Coda y ahora Sala Fundición) y los que venían con otros ritmos, como el Saoco, que abrió las puertas a lo latino en 2005.
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Y ahí empezaron a 'salsear' y a 'bachatear' los logroñeses nacidos allende los mares, mientras los habituales abandonaban sus barras para buscar destinos menos rítmicos o entregarse directamente al botellón. Calle 8, La Ronería, Bambú... fueron pioneros de una 'Zona' que ahora baila casi exclusivamente latino (la electrónica de El Búnker es la valiente excepción).
La Zona y Cumbia y Son, en Labradores; Paradise, en Vitoria; o los ya citados Saoco y Bambú son algunos de los locales que cada sábado (los viernes han quedado casi en nada) sudan bailando. Y llegan aperturas, aunque los carteles de 'se vende' y 'se alquila' lucen en muchos locales, algo increíble hace apenas unas décadas.
Y está la obligada discoteca. La Belle Époque, KDB, Palenke, Moma y ahora Bella Época (cerrada tras su fatal accidente en abril, pero que reabrirá) son las denominaciones del local que siempre ha recogido a los más juerguistas.
Y la comida, porque sería imposible olvidarse de los bocadillos de jamón (y mucho más) de El Papeo, el Tío Tito o el Bodegón Vitoria. Kebab, dürum y pedrata serían palabras impronunciables para los pioneros de 'La Zona'.
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