Unas farolas con pocas luces

Hace cincuenta años, Calahorra estrenaba alumbrado en avenida de Valvanera, uno de sus bulevares. Pero no fue del gusto de todos la fórmula elegida para dar luz a la calle, con unas luminarias colgantes a uno y otro lado. «Además de ser antiestético, la luz ... proyecta un haz muy pequeño y concentrado», decía el periódico, que reclamaba para la vía unas clásicas farolas o faroles como en el paseo del Mercadal. «Un cero muy grande» otorgaba el cronista el alumbrado elegido. Medio siglo después, en esta avenida calagurritana siguen luciendo estos puntos de luz colgantes, por lo que de poco sirvió la queja del corresponsal, aunque ahora son más modernos y luminosos, quizá hubiesen sido de su agrado.