Un derbi entre vecinos y amigos

Es sobradamente conocida la moderna rivalidad entre el Logroñés y el Osasuna. Sin embargo, hubo un tiempo en el que más que hostiles, blanquirrojos y rojillos eran amigos, tal y como se desprende de la previa del Logroñés-Osasuna de 1953, en Segunda, poco después ... de que los navarros hubiesen certificado su ascenso. «Como riojanos, nos congratulamos de que Osasuna milite en Primera», decía el diario, que hablaba de la ovación que se le debía brindar al conjunto rojillo «por la simpatía que se le tiene». Había expectación en Logroño, «riadas de aficionados han de llenar la amplia República Argentina», tanto que durante el partido, que terminó con 0-0, hubo varios heridos por la aglomeración.