Lunes, 27 de febrero 2023, 01:00
Hubo un tiempo en el que, a pesar de que los teléfonos móviles acababan de nacer, casi nadie podía disponer de ellos. Era, por tanto, mucho más complicado alertar del desenlace de cualquier suceso, como el que presenció una logroñesa en un bar de la ... calle Marqués de la Ensenada en 1985. De madrugada, una hora antes de producirse el incendio que dejaría el local destrozado, escuchó el ruido de cristales y, al asomarse por la ventana, vio cómo dos personas huían con el rostro tapado. Al parecer, los presuntos responsables del fuego rompieron el cristal y arrojaron gasolina al interior del local, pero esta vecina nada pudo hacer por alertar a la Policía porque no disponía de ningún teléfono.
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