Domingo, 2 de octubre 2022, 02:00
Un vecino de Logroño escribía, cuando apenas habían pasado unos días desde el final de las fiestas de 1978, para contar su experiencia durante esas jornadas. No muy buena, la verdad. Porque el lector era vecino de la zona de Las Gaunas, muy cerquita de ... donde, en esos tiempos, se instalaban las barracas. Y así, en fin, habían pasado las noches «los que nos levantamos a las 5»: insomnes por el «chunda-chunda» de las casetas, y soportando «el olor a orines» de todas las calles aledañas. No iban a cejar durante años las quejas de los vecinos hasta que, casi dos décadas más tarde, el Ayuntamiento decidió apiadarse de ellos y trasladar la feria al lugar donde está ahora, junto a Las Norias.
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