El puente de nunca empezar

Logroño ultimaba hace veinte años su cuarto paso a la orilla norte del Ebro. En abril quedaría inaugurado el puente de Sagasta, pero la ciudad ya proyectaba su nuevo salto del río, en este caso con un Quinto Puente que uniría la calle San Millán – ... en la zona del parque de La Ribera, también recién estrenada esos años– con la carretera de Mendavia, a los pies del Monte Cantabria. Siete firmas entraban a concurso y Juan José Arenas, autor de la pasarela de La Cava, resultó el elegido con un proyecto que costaría 10,7 millones de euros. Sin embargo, la construcción del Quinto Puente se guardó en el cajón de los planes abandonados, aunque sigue presente en el Plan Municipal de Infraestructuras.