En los años 40, surgió un chascarrillo popular en la capital de La Rioja que durante décadas saltó de bar en bar como síntoma de orgullo propio: «Si en San Sebastián se bañan en La Concha, en Logroño lo hacemos en La Guillerma».
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Si la ... playa del Ebro siempre tuvo un carácter lúdico, en la que niños y mayores chapoteaban y tomaban el sol, el tramo de La Guillerma siempre estuvo rodeado de un halo de misterio. Entre su feraz vegetación se emboscaban los enamorados que no querían ser vistos; en sus orillas atracaban las barcas del Pasti como si de un nuevo continente se tratara; por sus vericuetos se adentraban los más valientes y sólo quienes nadaban como Johnny Weissmuller se atrevían a sumergirse en sus aguas, agitadas por la cercana presa, y con unas pozas un tanto traicioneras.
¿Pero... por qué esa parte del río fue bautizada con el nombre de La Guillerma?
Guillerma Ubis Medrano fue, quizá, la mujer más emprendedora de la capital riojana durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Viuda de Hipólito Arza, que falleció en 1890, Guillerma Ubis se hizo cargo de las tres tiendas de alimentación que regentaba su marido, bajo la marca comercial 'Viuda de H. Arza'.
Como puede observarse en la imagen realizada por el fotógrafo calagurritano Alberto Muro a principios del siglo XX, el almacén central de la 'Viuda de H. Arza' se anunciaba como tienda de ultramarinos, fábrica de harinas y venta de productos coloniales. Este hiper se hallaba en lo que hoy es el cruce de las calle Sagasta y Hermanos Moroy, mucho antes de que se construyera el nuevo mercado de San Blas.
Cuenta el historiador Francisco Bermejo que los dos proyectos industriales más destacados que impulsó la Viuda de Arza fueron «los inaugurados el 5 de junio de 1910 en la ribera del Ebro, a unos dos kilómetros al oeste de la capital: la fábrica de harinas 'La Modelo' y la fábrica de electricidad 'Nueva Electra'. Ambas instalaciones sustituyen a los dos antiguos molinos de la Isla y de las Norias que han sido unidos por una presa «consolidada», y que se fue construyendo desde el año 1906».
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Y su importancia y popularidad fue tanta, que ese meandro que esboza el río cuando llega al barrio de El Cortijo comenzó a ser conocido como la curva de la Guillerma. Con el paso del tiempo, el nombre de toda la zona se simplificó por el de La Guillerma.
En realidad, el nacimiento de la 'Nueva Electra' no fue sino algo imprescindible para mejorar la rentabilidad y el buen funcionamiento de la moderna nueva harinera. Sin embargo, dada la rápida expansión de la luz eléctrica en la ciudad de Logroño, pronto se convertirá en una de las mayores fuentes de producción de fluido, haciendo la competencia a la 'Electra Recajo'.
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La irrupción de la Viuda de Arza en el mercado eléctrico logroñés permitió una rebaja de los precios para los consumidores privados y, también, en las subastas para el consumo público del Ayuntamiento capitalino.
No era extraño, pues, que la prensa de la época publicara a toda página las maravillas de las empresas de Guillerma Ubis, como vemos en el texto del siguiente anuncio: «La fábrica de harinas de la señora viuda de Arza tiene sus mercados principales en Bilbao, Barcelona, Asturias y Levante; pero, en general, exporta a toda la península. Las harinas elaboradas por esta Casa son de la clase más selecta. La industria harinera riojana tiene en la fábrica que estamos mencionando una representación gallardísima».
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