El futuro eléctrico de un BiciLog que toca fondo

BiciLog nunca ha gozado de un uso intenso entre vecinos y visitantes. Aún así, cuenta con aproximadamente 2.000 usuarios registrados que, en estos momentos, lo utilizan muy poco, dice Ángel Andrés. Con apenas 70 de las 300 bicicletas originales, las 26 estaciones repartidas por distintos puntos de la ciudad tienen disponibles una o un par de ellas, según mostraba ayer, por ejemplo, la web del servicio.

Quienes las cogen vienen a sumar 250 viajes al día, y alguno más, hasta 380, cuando se trata de los fines de semana, según los datos que maneja el concejal.

Menos usos aún calcularon en el 'Estudio y actuaciones sobre la estrategia local de movilidad urbana sostenible', de enero de 2022, realizado por la empresa Movilidad y Transporte Asesores S.L' recopilando datos de informes anteriores y aplicado variables. En este trabajo resultaban en torno a 120 viajes diarios, con una escasísima incidencia en los desplazamientos diarios que los logroñeses realizan con bici, que son unos 9.500, el 2,1% del total de movimientos de los vecinos, en torno a 453.864, con una media de 2,9 por vecino en una jornada laborable, eso sí.

Esta semana, el asunto se ha debatido en el pleno de la Corporación a propuesta de Podemos-IU, que solicitó una renovación del servicio, con bicicletas eléctricas incluidas, y obtuvo las aportaciones y el apoyo de PR+ y del PSOE. Si Vox se mostró en contra tras hacer un cálculo de gastos que, en su opinión, es superfluo, el PP, también votó en contra, si bien anunció para dentro de unas semanas un nuevo plan para reenfocar el servicio.

Los planes previstos se enmarcarían dentro del actual contrato con la empresa Impursa, adjudicataria desde 2007 del servicio y por un plazo de veinte años y tendrían un 'coste cero' para el Consistorio, según avanza el responsable de Movilidad.

Si bien todavía quedan detalles por perfilar, el edil calcula que la electrificación se aplicaría a un tercio de una flota de bicicletas municipales con un número de unidades que aún no concreta. Las veintiséis estaciones que actualmente se reparten por toda la ciudad se mantendrán en sus ubicaciones, pero habrán de renovarse por completo. Señala Andrés que si las más usadas son las del centro –Ayuntamiento, Murrieta, Gran Vía y centro deportivo La Ribera–, las bicis de Valdegastea se utilizan para bajar del barrio, pero no para subir, con lo que hay que devolverlas a la estación con furgoneta, cuestión que, probablemente, no sucederá de la misma manera con bicis eléctricas.

Los grupos de la oposición pedían que la renovación incluyese un sistema GPS que sirviera para tener localizadas las bicis y minimizar los efectos de los vándalos. Otra ciudad, como Bilbao, que cuenta con un sistema electrificado desde 2019 y que también estuvo preocupada por los desperfectos que ocasionaban quienes las robaban y las destruían, este año ha reducido los datos de ciclos destrozados trasladando estaciones de sitios más alejados a otros más a la vista y con un sistema de cierre de seguridad en las ruedas traseras, además de que, desde la pandemia, tenía el servicio cerrado por las noches –de 23.00 a 06.00 h.–.

Ángel Andrés recordaba que su grupo pidió hace tiempo, aún en la oposición, un sistema de vigilancia con videocámaras que no prosperó. Y si se implantará o no la gratuidad de 30 minutos de bici que pedía parte de la Corporación, el edil no acaba de verlo.

El servicio municipal de bicicletas echaba a andar en mayo de 2007 con tres estaciones –Universidad-La Ribera, Las Gaunas y Las Norias–, con horario limitado y la intención de añadir más estaciones. En 2017 se modificó el contrato con Impursa para pasar de doce a veinte estaciones y de 190 a 300 bicis. Entre 2021 y 2022 se añadieron seis estaciones más.

Las bicicletas que aún quedan en las calles son de 2010, decía el concejal Andrés. Antiguas, pesadas y difíciles de usar, las describía Amaia Castro (Podemos-IU).

En Santander, el Ayuntamiento ha optado por sustituir las bicis convencionales por las eléctricas y está utilizando fondos europeos para ello. Después de un concurso al efecto, la UTE Bicis Santander es la encargada aportar las 200 bicicletas, de poner en marcha las 20 estaciones y de encargarse del mantenimiento del servicio durante cinco años. En total, 3.769.235 euros. Firmado el contrato el pasado marzo, había unos meses para poner todo el dispositivo en marcha.

La capital vizcaína electrificó sus bicis en 2019 y ello supuso que, de 1.033 usos diarios que se registraban en 2018, se pasara a 4.699 al año siguiente, según los datos que publicaba El Correo este verano. En estos momentos, se hacen 7.500 viajes en día laborable y menos, 4.500, en fin de semana. Así, quienes más las usan tienen entre 44 y 53 años, que son el 23,2% del total de inscritos en el servicio, seguidos de cerca por los que tienen entre 34 y 43 (el 22 %) y los de 25 a 33 (el 19,3 %).

El servicio de alquiler de bicicletas de Pamplona posee 42 bases y, usando fondos europeos, se va a ampliar hasta 62 estaciones de carga. El número de bicicletas irá de las 400 hasta las 640. Del 25 de septiembre al 1 de octubre, las bicis municipales registraron 14.908 usos con 34.537 kilómetros, cifras récords solo superadas entre el 24 al 30 de abril, con 14.922 usos. En total, el servicio tiene 59.000 usuarios, con 930.798 viajes desde mayo de 2022. Además, para incentivar, se están bajando precios.

El Bizi Zaragoza es el servicio de bicicletas municipales de la capital aragonesa desde 2008 y posee 1.300 bicis de alquiler con 130 estaciones y 23.500 usuarios. La transformación del modelo usará fondos europeos, de los que Zaragoza ha logrado 6,3 millones –también para el bus eléctrico–. El número de estaciones se incrementará en 88, hasta las 218 y el parque de bicicletas subirá a las 2.180 que serán eléctricas. El plazo que se han marcado para lograr este objetivo es el año 2025.

El sistema de bicis municipales de San Sebastián cuenta con 317 bicis mecánicas y otras tantas eléctricas en 67 estaciones. La gestión la lleva desde 2019 la compañía municipal que lleva los autobuses urbanos una vez que se resolvió el contrato con la empresa que se encargaba antes. El horario del servicio va de las seis de la mañana a las doce de la noche y, para tratar de evitar el vandalismo se cambió la forma de anclaje de las bicicletas y se reforzó el sistema de identificación de los usuarios.