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1992
Y el agua ha vuelto a correr casi seis años después por la plaza de Los Tilos, donde su remodelada fuente, a la tercera y ... tras dos licitaciones desiertas, ha culminado para alegría del vecindario. Una inversión de 55.305 euros ha servido para dividir el antiguo espacio en dos zonas claramente diferenciadas: una con el vaso totalmente reparado e impermeabilizado, y otra estancial como resultado de la reducción de la otrora lámina.
El Ayuntamiento de Logroño, ahora sí, cumple «un deseo, una aspiración y una reclamación muy razonable de todo el barrio», en palabras del alcalde de Logroño, Conrado Escobar, quien se ha sumado a la fiesta que ha supuesto recuperar «ese sonido tan característico y tan amable para una zona que lo necesitaba» (en alusión al agua que ha vuelto a correr) dejando atrás «diferentes avatares administrativos».
El problema, no en vano, se remonta incluso más allá del pasado mandato, pues la necesidad de arreglos por filtraciones data de antes de 2019. «Después de más de cinco años fuera de servicio y tras dos licitaciones que quedaron desiertas, la fuente de la plaza de Los Tilos volverá a funcionar en octubre, cumpliendo así una solicitud muy demandada por el barrio, y con las mejoras que se han consensuado con los vecinos de la zona», informaba el pasado mayo el Consistorio capitalino. Si bien ha sido en noviembre, Lobete lo festeja igualmente.
La obra, ejecutada por la empresa Asbeca Construcción, Gestión y Servicios Múltiples, ha consistido en dividir el espacio original (la piscina o lago de siempre) en dos zonas para un uso diferenciado (al que deberán acostumbrarse sus usuarios a partir de ahora). «La parte más amplia está ocupada por la nueva fuente, que disminuye su lámina de agua con un vaso totalmente reparado e impermeabilizado».
«Separado de la anterior por un murete, se ha creado una nueva zona estancial con rampa de acceso, que se completará próximamente con el equipamiento de bancos de asiento. La actuación se ha complementado en los últimos días con la instalación de una serie de elementos biosaludables para la práctica de ejercicio en una zona sombreada del parque», explica la Administración Local.
El reto, en cualquier caso, era mejorar el estado general de Los Tilos, entre las calles Lope de Toledo y Eliseo Pinedo, sin olvidar de que el conjunto debería seguir 'coronado' por la escultura 'Bola de Dragón', elemento singular creado en 1992 por el entonces niño Tagore González para el primer concurso municipal de escultura para espacios al aire libre, de la que resultó ganadora de ahí su instalación. La misma ha sido recolocada en un lugar preferente de la fuente junto a los chorros tras su rehabilitación.
«Casi como un lago», en el que como curiosidad llegó a celebrarse hasta un concurso de pesca en las fiestas del barrio, es el recuerdo que tenía el vecindario de la fuente ornamental de Los Tilos, el que desde hoy cobra actualidad con la vuelta de los chorros de agua que se resistían. Atrás quedan las imágenes en las que vecinos y visitantes se arremolinaban en torno a la lámina, que ahora ha sido reducida, aunque mantendrá la 'Bola de Dragón', según diseño del niño Tagore González, que hoy, a sus 40 años, ha vuelto al lugar para avivar precisamente esa memoria colectiva. «Es una alegría verla otra vez brillar, dialogar de nuevo con el agua, con el entorno, con el espacio y, sobre todo, con los vecinos», recuerda González, músico, docente, creador sonoro y escénico… gestor cultural. «Hoy, volviendo a mirar la obra, la veo como un divertimento, el juego de un niño de ocho años con diferentes materiales, formas, colores… jugando con el equilibrio, el desequilibrio, las composiciones… es una chulada y una pieza que precisamente por eso nunca pasará de moda, por lo que tiene de genuina, por lo que siempre conectará con las edades más infantiles», explica «alegre y satisfecho» al comprobar que «encaja perfectamente en el lugar» por lo que «su conservación» es todo un acierto. El niño ahora hombre, echa la vista atrás, y se ve 'jugando' con el cartón pluma, el alambre, la madera, el metal y hasta la plastilina. «No sé si lo de 'Bola' fue antes o después, si ese título era de inicio o de fin; no se trata de darle un significado al trabajo de un niño de ocho años, porque nunca puede ser conceptual sino formal… hay que ponerse en la piel de un crío y adquiere todo su sentido». Y el creador escénico y compositor musical, nacido en Soria pero criado en Logroño, como en aquel 1992 cuando iba a la escuela y lo de convertirse en artista no era más que un sueño, ha vuelto a posar para Diario LA RIOJA junto a su obra... 32 años después.
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