Sonia Tercero

Feliz con sus 3.000 muñecas

Charo Anguiano atesora una parte de su colección en un local en Rodríguez Paterna | Logroñesa de 70 años, llegó a regentar hasta cinco peluquerías y empezó a reunir piezas con su jubilación hace diez años

África Azcona

Logroño

Martes, 2 de octubre 2018, 11:35

Charo Anguiano, de 70 años, empezó a coleccionar muñecas tras la jubilación, después de una vida dedicada a sus cinco peluquerías y a un trabajo como operaria en el palacete del Gobierno regional. Recuerda que le hizo mucha ilusión una que le regaló su padre, ... pero no fue hasta hace diez años cuando ha hecho de esta afición su gran pasión. Tiene tantas que ha tenido que alquilar un local en Rodríguez Paterna 25. Los turistas se asoman curiosos creyendo que es una tienda, pero no lo es. Allí, ordenadas por épocas y tamaños, guarda nada menos que 3.000 muñecas. Ella no las ha contado todas. Un día empezó con las 'barbies' y cuando llegó a las mil, se cansó y lo dejó. Es su marido, su paciente colaborador en esta afición que le relaja, le hace desconectar y sentirse «muy feliz», quien cree tener la cifra aproximada, si bien habría que «añadir otras 200 que guardamos en casa», dice.

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Sonia Tercero

Algunas están en vitrinas, otras en estanterías especiales para ellas. Las tiene de todos los tamaños, épocas, procedencias y fábricas. De porcelana, hechas con serrín, de cartón piedra... Una de las estrellas es la Mariquita Pérez, de la que tiene 50, aunque, claro, con el permiso de las 'barbies': atesora más de mil, ver su colección es recorrer toda la historia de la icónica muñeca. Pero esto ocurre con todas, también con las Nancys, de las que está enamorada. «Las tengo todas». Entre antiguas y de reedición superan las cien, todas están primorosamente colocadas en un rincón de este pequeño paraíso que se ha creado para su disfrute. «Tengo las de los 70, las últimas reediciones y también unas 50 descatalogadas». No falta tampoco una larga representación de las Barriguita, «tengo las primeras que salieron hace 40 años», pero también de las muñecas del mundo, de las regionales... Entre las 3.000 las hay que hablan, guiñan el ojo, se hacen pipí... «Hay una que, cuando paso, me dice: 'te quiero mamá', todavía no la tengo localizada, será algún un sensor...», comenta esta logroñesa, madre de dos hijos y abuela, que no ve en su afición «nada friki», sino un hobby como otro cualquiera. «He trabajado 14 horas diarias toda mi vida, he cuidado de mis padres, mis hijos..., no me gusta ir de bares, la ropa ya no me llama la atención..., aquí estoy feliz, a veces me dan las dos de la madrugada limpiándolas, poniéndoles pelo, quitando el polvo». Charo prefiere no hacer cálculos de lo que lleva gastado..., «bueno este año unos 4.000 euros, más el local, el seguro», y se consuela pensado que su colección terminara en una institución benéfica. «Es lo que quiero, que en el futuro se saque provecho y que la visiten. Ahora no quiero que entre nadie. Me da miedo que se rompan, sobre todo las de porcelana, son muy delicadas y las tengo que cuidar...».

Sonia Tercero

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