El general Franco visitó Logroño en 1954, una visita a la que asistió Sabrás, cuarto por la derecha, que no hizo el saludo fascista. ARCHIVO J. SABRÁS

Federico Sabrás, el jefe paternal

Reconocido por sus conocimientos y su calidad humana, el secretario del Ayuntamiento recibió la Medalla de Oro de Logroño en 1951

Sábado, 10 de abril 2021, 10:18

Hace este 2021 setenta años de la entrega de la Medalla de Oro de la ciudad de Logroño a un hombre muy querido, el secretario del Ayuntamiento capitalino Federico Sabrás Gurrea, después de treinta años al servicio de los logroñeses. Pero no fue el brillante ... desempeño de su cargo, según el archivo municipal, el motivo de tal distinción, sino algo que prevalece más allá de cualquier puesto: dejó una imborrable huella gracias a su enorme calidad humana. Abogado y licenciado en Letras, como un buen líder, fue la admiración entre los funcionarios la base de la mayor de las lealtades en una época muy inestable en el país.

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«Quienes hemos saboreado el placer de sus lecciones hemos podido bucear algo en la hondura de sus conocimientos en letras, historia, arte, problemas sociales, administrativos y hasta técnicos, o de la alta política internacional», enunciaron sus compañeros funcionarios al término del banquete, celebrado en el Gran Hotel, con motivo de esta concesión.

Federico Sabrás, segundo por la izquierda, junto a su familia. J.S.

Y es precisamente este discurso el que, realizado por sus propios compañeros, mejor retrata el carácter de alguien que les había dirigido durante tantos años. «Raro será el funcionario quien su comprensión y tacto exquisito no haya evitado un serio disgusto. Jamás un empleado municipal ha sido objeto de sanción, aún merecida, propuesta por don Federico Sabrás».

Los compañeros de Sabrás afirmaron en su despedida que era un «hombre de peculiarísimo carácter y provisto de una condición genérica a los nativos de esta tierra: la rebeldía»

En la noticia de su condecoración recogida en el diario NUEVA RIOJA, lo definía como «ese hombre tan entrañablemente logroñés, que ha ofrecido una vida a nuestro municipio llena de servicios inteligentes, lealísimos y entusiastas». En su despedida se dirigieron a él como «nuestro secretario y Jefe paternal de todo, hombre sencillo y cordial», del que destacaron su «peculiarísimo carácter, provisto de una condición genérica a los nativos de esta tierra: la rebeldía».

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La misma que en la visita del general Franco a Logroño le impidió recibirle con el saludo fascista, antes romano.

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