La familia de los Fossores de Logroño crece

Con tal solo 24 años, Omar Pérez, es el integrante más joven de la comunidad. Toledano de Chozas de Canales, hasta hace menos de un año trabajaba en la hostelería de su pueblo. Trabajó como camarero y cocinero desde los 16 años, pero ahora de aquello no queda nada, salvo sus conocimientos en cocina de los que disfrutarán a buen seguro los hermanos Fossores, a los que ya se refiere como «mi nueva familia».

Vinculado al mundo de la Iglesia desde pequeño, siempre tuvo clara su vocación religiosa, aunque no la comunidad donde poder vivir su fe. «He conocido alguna comunidad y he tenido varios intentos de entrar en el seminario, pero al final no llegaba a cuajar». Hasta que un día, en plena pandemia, se coló en su ordenador un video sobre la congregación de los Fossores donde se relataba su vida dedicada a la oración y el entierro. «Ese video maravilloso cambió mi vida, empecé a indagar a mirar otros reportajes hasta que decidió llamar a Guadix». En realidad ya sabía de su existencia por un reportaje de la televisión, fue hace muchos años, pero entonces no le llamó la atención. «Era más joven y oír hablar del cementerio me producía rechazo, y no fui capaz de oír el documental entero, ahora sin embargo, después del tiempo que he estado en Granada, sé que es un lugar donde puedo ser feliz, he encontrado a mi otra familia». A finales de julio se presentó en Guadix para conocerlos personalmente y el 15 de agosto ingresó, hasta la fecha. José Manuel Martínez es el otro aspirante a Fossor. También en su caso fue un reportaje sobre la vida de esta congregación en el Ideal de Granada el que le despertó la curiosidad. A sus 47 años y tras dejar atrás una vida itinerante, desde este domingo se pone a disposición de la congregación logroñesa.