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Dos murales, dos. Una alegoría de la industria y otra de la agricultura. Obras pertenecientes al denominado 'expresionismo dogmático' realizadas en Madrid y trasladadas a Logroño para decorar el vestíbulo de la hoy desaparecida estación de ferrocarril. Se retiraron en dos 'rollos' en el ... 2010, se llevaron a Santo Domingo de la Calzada, se limpió el reverso y, a falta de la consolidación de la pintura, se protegieron, se embalaron y se guardaron a la espera de decidir su ubicación para finalizar su restauración.
Hoy, camino de los ocho años de todo aquello, las obras de los hermanos Sáez González -Fernando y Martín- siguen almacenadas sin que nadie pueda aclarar el futuro de las mismas. Una larga y paciente espera que acumula años y ocupa lugar. De ello pueden dar fe en el citado taller calceatense que, sin embargo, y al menos oficialmente, prefieren guardar silencio. Ayuntamiento de Logroño y LIF 2002 -la sociedad de integración del ferrocarril capitalina- se limitaban ayer a decir que todo continúa igual. Dicho de otro modo: ni hay novedad alguna ni están en disposición de despejar la suerte reservada para los murales.
2010
Acuerdo inicial El Ayuntamiento negoció con ADIF la salvaguarda de los murales, junto a más de una decena de vidrieras, y el proceso se llevó a cabo a través de LIF 2002 por más de 50.000 euros.
2018
Destino por decidir La idea original era que estos y otros elementos fuesen exhibidos en un edificio dotacional previsto en el PERI Ferrocarril como parte de un museo sobre la historia local del tren.
La última vez que se supo de ellos, incluso que se vieron, fue cuando el 13 de diciembre del 2011 la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, y el entonces consejero de Obras Públicas de La Rioja Antonino Burgos visitaron Santo Domingo para interesarse por la restauración de ambas pinturas.
Desde entonces nada de nada a excepción de hace poco más de un año cuando Diario LA RIOJA preguntó por las mismas y se pudo conocer que la restauración no estaba ni mucho menos concluida pues precisamente faltaba intervenir en la capa pictórica y decidir su soporte, algo que condicionaba no tener aún claro su destino.
Los dos lienzos de 1,95 y 2,28 metros de alto por 11,45 de largo iban a ir en principio en una futura dotación que, proyectada en el PERI Ferrocarril diseñado por Ábalos y Herreros, albergaría un pequeño museo sobre la historia del tren en Logroño. Pero del denominado 'edificio ratón' -por su forma- tampoco hay noticia alguna más allá de los planos originales... ni siquiera si finalmente se hará realidad y será ejecutado.
Mientras tanto, los murales enrollados en dos grandes cilindros de 60 centímetros de diámetro -y las vidrieras, almacenadas de dos en dos en sus correspondientes cajas, que también fueron 'salvadas'- siguen cumpliendo años más allá de las cinco décadas que decoraron el vestíbulo de la vieja terminal.
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