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En 1950, un luxemburgués menudo de sonrisa beatífica sentaba los cimientos de uno de los proyectos que más cohesión, fortaleza y liderazgo ha otorgado al viejo continente europeo. De la mano de Robert Schumann y de decenas de prohombres después, la Unión aglutinó a ... un puñado de países que, manteniendo sus señas de identidad propias, buscaban el liderazgo internacional a través de valores como la democracia, la libertad, la dignidad humana o los derechos humanos.
Casi setenta años después de aquel incipiente germen alumbrado por Schumann, la Unión Europea reclama hoy más que nunca el compromiso de sus integrantes para superar las encrucijadas del siglo XXI. Retos como el 'brexit', la escalada de la ultraderecha o la competitividad de otras naciones requieren firmeza en la convicción europea. Y es esa solidez de los valores europeos y su divulgación lo que reconoce la Estrella de Europa, un galardón que concede el Ayuntamiento de Logroño y que este año premia la labor del colegio Inmaculado Corazón de María-Escolapias Sotillo.
Para recoger el premio, el patio del centro se engalanó este jueves con aires europeos. Coincidiendo con el Día de Europa, el colegio logroñés, que el año pasado cumplió 75 años, celebró un acto solemne que presenció gran parte de su alumnado y su profesorado. En él, uno de los escolares, Nahuel Capuzzi, ejerció de maestro de ceremonias para guiar el evento. El concejal Javier Merino, el delegado del Gobierno en La Rioja, José Ignacio Pérez, la consejera Begoña Martínez y la directora de Secundaria del colegio, Sagrario Olarte, se encargaron respectivamente de izar las banderas de Logroño, La Rioja, España y la Unión Europea, respectivamente, con los acordes de la novena sinfonía de Beethoven, el himno europeo, de fondo.
En esa atmósfera de profundo europeísmo, a la que contribuían los propios escolares con estrellas de cartulina en las manos, se procedió a la entrega del galardón por parte del teniente de alcalde, Javier Merino, a la representante del centro, Sagrario Olarte. Esta quiso agradecer el premio –un «acicate para seguir trabajando», según dijo a este periódico– a «todos los que ponen lo mejor de cada uno para que Escolapias sea un colegio europeo» y después renovó el compromiso del centro con el espíritu de la Unión porque «los valores europeos nos harán más responsables, más tolerantes y más felices».
Por su parte, Merino desgranó que Escolapias-Sotillo ha introducido con éxito «la dimensión europea en todas las etapas educativas». Seguidamente aplaudió el interés del centro, que también está inmerso en el programa de Escuelas Embajadoras del Parlamento Europeo, por divulgar la esencia de Europa, cuya pervivencia «dependerá sin duda de las nuevas generaciones».
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