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El presidente de la asociación de vecinos de San José, Javier Aguado, entre la vocal Jayar Cortés y el tesorero, Francisco Herce, en el parque de Santa Juliana. RODRIGO MERINO
Patio de vecinos | A. V. San José

Diversidad tranquila con reclamaciones

Más atención. San José presume de servicios públicos y de una convivencia serena, pero reclama un plan de barrio integral, renovación de calles y más mantenimiento

Nuria Alonso

Logroño

Lunes, 27 de enero 2025, 07:01

Aunque ahora molestos por la decisión de que el barrio se convierta en Zona de Bajas Emisiones, los vecinos de San José disfrutan de una convivencia tranquila, integrada y con muchos alicientes. Reconoce Javier Aguado, presidente de la asociación de vecinos, que están muy bien dotados de servicios, pero quedan asuntos pendientes que reclaman atención.

Entrando en detalle

  • Servicios Colegios público (CEIP Caballero de la Rosa) y privado (Montessori Cuarto Creciente), instituto (IES Comercio), dos universidades (UR y UNIR), ludoteca (El Escondite), centro de salud (Joaquín Elizalde), hogar de mayores (La Manzanera) y centro deportivo (La Ribera).

  • Comercio: Dos supermercados de tamaño medio y numerosos establecimientos de proximidad.

  • Parques y zonas verdes. Varios: el parque de Santa Juliana, de Maestro Lope, de la Inmaculada y de Martín Ballesteros.

– ¿Qué es lo mejor de vivir en esta zona?

– La tranquilidad, la diversidad, los buenos servicios públicos y la cercanía al parque de La Ribera. La verdad es que tenemos todo tipo de servicios: colegios, instituto, universidad; hay centro de salud, polideportivo, parroquia, mezquita... En cuanto a la diversidad, no sólo hablamos de índole cultural o religiosa, pues aquí conviven también personas de muy variada edad. San José es un barrio que tira a envejecido, pero cuenta con dos universidades, y hay mucha población estudiante que reside aquí. Y luego, hay muchos jóvenes que nacieron aquí y cuyos padres viven o vivían aquí y que regresan al barrio.

– ¿Y lo peor, lo que más críticas genera entre los vecinos?

– La suciedad que generamos los habitantes. Hay muchos residuos fuera de los contenedores, excrementos de mascotas sin recoger, un escaso mantenimiento de limpieza... Y luego, está la suciedad de palomas y otras aves como los estorninos en épocas concretas del año.

– Plantee tres reivindicaciones para su barrio, las necesidades más apremiantes.

– En primer lugar, creemos que debería existir un plan de barrio que trate de forma transversal la convivencia, la vivienda, el medio ambiente, el urbanismo y que luego tenga un seguimiento en el tiempo.

Y luego, necesitamos ayuda para el mantenimiento y la apertura de la biblioteca de la asociación, que está ubicada en las instalaciones del centro deportivo de La Ribera. Somos privilegiados en cuanto a la sede y sus instalaciones pero no tenemos quien les dé servicio, porque en principio somos gente trabajadora y no podemos hacernos cargo. Nos gustaría que pudiera estar abierta para que la disfrutaran los vecinos pero también los usuarios de La Ribera que tienen tiempo libre, que puedan venir a leer un rato. También estamos en conversaciones con la Universidad de La Rioja para que pueda ser centro de estudio.

Y la tercera, que eliminen las barreras arquitectónicas de la plaza Maestro Lope: tiene escalones por toda su extensión y es peligrosa en muchas zonas.

– ¿Y qué le sobra a la zona?

– Nada, en realidad. Bueno sí, la Zona de Bajas Emisiones.

– ¿Alguna demanda histórica que nunca haya sido atendida?

– La renovación de la calle Beatos Mena y Navarrete y la creación de huertos comunitarios. Ambas peticiones han figurado varias veces en los Presupuestos municipales y en los participativos. La calle Beatos reclama ya una buena intervención, pues hay tramos en los que no hay ni baldosas. Creemos que los huertos favorecerían la convivencia de los distintos colectivos del barrio: cada uno dispondría de un pequeño terreno para cultivar y así hacer comunidad.

– ¿Qué le pide a los vecinos de su zona?

–Más participación comunitaria, que se sientan parte del barrio y que se asocien. Que intenten conocer el vecindario para entender las diferentes formas de pensar y de actuar que aquí conviven. Y también, más responsabilidad para intentar no ensuciar las calles.

– ¿Y al Ayuntamiento?

– Nos sentimos abandonados y por eso pedimos cercanía, colaboración y técnicos municipales a pie de calle. Y nos gustaría contar con más ayuda para que no desaparezca el comercio de nuestro barrio. Hay vecinos que están intentando abrir locales y habilitar negocios pero no lo tienen fácil para tirar hacia adelante. Y nos parece que el pequeño comercio es el que contribuye a hacer barrio pero no les ayudan casi nada.

– ¿Es un buen lugar para los niños, los jóvenes y los mayores?

– Sin duda, es uno de los mejores de la ciudad: hay todo tipo de servicios bien cubiertos y dotados. Los parques infantiles merecen un replanteo porque son escasos y en muchos casos obsoletos; por ejemplo, el parque de Santa Juliana apenas tiene zona infantil y podría ser un pulmón verde espectacular, más aún cuando hay un montón de especies vegetales distintas, como si fuera un jardín botánico en medio del barrio... Eso sí, vivir aquí es un privilegio, poder estar casi en la naturaleza que ofrece el parque de La Ribera con un ambiente urbano. Aquí mismo tenemos la ludoteca municipal, que es la de El Escondite; muy cerca hay centro joven y también los mayores tienen un hogar en La Manzanera. Y, además, tenemos muy buena comunicación en transporte público, con varios autobuses urbanos.

– ¿Y para los animales de compañía?

– También. Hay zona de esparcimiento canino y buen ambiente en general en las plazas donde se juntan mascotas. Los dueños somos los que a veces fallamos.

– ¿Qué envidia de otros barrios de Logroño?

– Nada, exceptuando más inversión pública y más atención específica en aspectos urbanísticos. Parece que solo importa el centro, la Gran Vía, el Casco Antiguo y poco más. Son capaces de reformar cincuenta veces la plaza Primero de Mayo antes que poner un tobogán en Santa Juliana.

Oposición frontal en el barrio contra la Zona de Bajas Emisiones

Los vecinos de San José se desayunaban en plenas navidades con la noticia de que el Ayuntamiento de Logroño había decidido ubicar la Zona de Bajas Emisiones de la capital en un terreno que abarcaba parte de su barrio y del de Madre de Dios. La oposición frontal de residentes y comerciantes de la zona no tardaba en hacerse patente con la preocupación de cómo afectará dicha decisión a la convivencia en el barrio.

Los llamamientos a la calma han resultado infructuosos y el malestar vecinal salta a la mínima. «Dicen que no afectará pero no es así, en pocos años los vehículos más antiguos no podrán entrar y este es un barrio humilde y trabajador, cuyos vecinos no pueden permitirse cambiar de coche por un capricho», rebate Francisco Herce, tesorero de la asociación de San José.

Los vecinos lo consideran una imposición sin aval de datos científicos ni objetivos, cuando además, alegan, no hay en esta zona ni mediciones coherentes ni volumen de tráfico suficiente que respalde dicha implantación. La polémica no ha hecho sino comenzar.

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