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J. C. / L. R.
Martes, 11 de mayo 2021, 13:56
La reducción del límite de velocidad de circulación en vía urbana, norma que pretende reducir la siniestralidad vial y construir ciudades más centradas en las personas, es realidad desde este martes. «¿Para qué corremos en una ciudad como Logroño? ¿Tiene sentido? Por tres minutos de ... ahorro no merece la pena poner en riesgo una vida. Si alguien va a 60, 70 u 80 km/h por nuestras calles, está poniendo en riesgo a sus vecinos y vecinas, y eso hay que penalizarlo y sancionarlo».
El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, ha querido hoy dejar claro que el objetivo del Ayuntamiento de la capital de La Rioja es reducir a cero el número de accidentes graves y, tras la entrada en vigor de la bautizada como 'ciudad 30', ha adelantado que la Policía Local intensificará los controles de velocidad para conseguir que todos los conductores comiencen lo antes posible a interiorizar y concienciarse de la nueva norma de ámbito nacional.
Junto a la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán, y la jefa provincial de Tráfico, Beatriz Zúñiga, han valorado la conversión de Logroño en 'ciudad 30' para cumplir con la reforma del Reglamento de Circulación de la DGT.
Y es que este 11 de mayo ha entrado en vigor el Real Decreto 970/2020, de 10 de noviembre, por el que se modifican el Reglamento General de Circulación (aprobado por Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre) y el Reglamento General de Vehículos (aprobado por Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre), e introduce diversas novedades en la regulación del tráfico urbano.
Una de las más destacadas es la reducción del límite de velocidad de circulación genérico en vía urbana de 50 a 30 km/h para aquellas calles que cuentan con un solo carril por sentido de circulación (en Logroño ya estaba en 40 km/h).
El objetivo es reducir la siniestralidad vial, sobre todo la que afecta a los colectivos más vulnerables; garantizar la fluidez de los desplazamientos realizados en las grandes avenidas de la ciudad, y reducir el impacto negativo de la circulación de vehículos en la calidad del aire de las ciudades.
Marrodán ha recordado que la gestión de la velocidad es una de las intervenciones estratégicas más efectivas de seguridad vial. «La reforma que limita a 30 km/h la velocidad en vías urbanas con un único carril por sentido de circulación se convierte en una medida de equilibrio entre la movilidad y la seguridad en la ciudad: por un lado, no supondrá una mayor ralentización del tráfico y, por otro lado, afectará directamente en la reducción de los accidentes», ha concretado.
La delegada del Gobierno en la comunidad autónoma ha considerado que reducir la velocidad supone un «impulso en el objetivo de humanizar las ciudades» porque protege a los usuarios vulnerables y favorece una convivencia segura entre peatones, bicicletas, motocicletas y vehículos.
De este modo, llevar una velocidad adecuada podría evitar prácticamente una cuarta parte de las muertes en los accidentes de tráfico. En este sentido, los datos son contundentes: el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello es del 90 % a 50 km/h y se reduce al 10 % si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h. Además, experiencias existentes de zonas 30 demuestran el efecto positivo sobre la siniestralidad, con reducciones de los accidentes que han llegado a superar el 40 %.
Además, ha añadido que, a todas estas razones, se suma que la reducción de la velocidad en las ciudades a 30 km/h es una de las prioridades de la Agenda 2030 porque se cumple con el objetivo de convertir las ciudades en espacios más seguros al reducir el riesgo de sufrir un accidente y la gravedad del mismo.
De esta forma, «con esta limitación de velocidad se logran ciudades más humanas, donde coincidir y convivir, así como ciudades más activas y sanas al estimular que se realicen desplazamientos en medios activos a pie y en bicicleta, al percibirse el entorno más amable y seguro», ha subrayado.
Hermoso de Mendoza, por su parte, ha agradecido a la delegada del Gobierno la implicación de la DGT en todas las acciones de calmado de tráfico que se llevan a cabo en la ciudad. «Logroño lleva adaptando sus calles desde el día 7 de marzo para convertirlas en calles 30 y en contacto directo y permanente con la Dirección General de Tráfico. Desde entonces hasta hoy han sido múltiples las reuniones de técnicos y responsables del Ayuntamiento de Logroño, Policía Local y DGT vinculadas a este cambio en el reglamento, así como numerosas las conversaciones con la Federación Española de Municipios y Provincias».
«Nuestro objetivo es reducir los accidentes graves, aunque también se pretende favorecer la convivencia de los diferentes modos de transporte y reducir el ruido del tráfico en la ciudad. Reducir la velocidad máxima no significa que tardemos más en llegar al destino, al contrario, las evidencias demuestran que el tráfico puede ser más fluido si se unifica la velocidad de todos los usuarios de la vía«, ha señalado.
Por último, la jefa provincial de Tráfico ha destacado la importancia de esta medida como «paraguas normativo» para que las ciudades cambien para ser más amables, seguras, saludables y sostenibles para toda la ciudadanía.
Además, ha recordado que la próxima semana se celebra la IV Semana Mundial para la Seguridad Vial de Naciones Unidas, cuyo lema es 'Construyendo calles para la Vida', centrándose precisamente en esta reducción de límite de velocidad en zonas urbanas a 30 km/h.
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